Repasamos los tres primeros principios:
1.El Espíritu Cósmico, Espíritu Universal, Alma del Mundo,Pr esencia activa que sabe de sí misma, Vida, Conciencia Cósmica o Universal, Ser, Presencia, Existencia.
2. Se manifiesta como el mundo de los nombres y de las formas, el mundo de las cualidades, características y determinaciones.
3. Ese Espíritu está también dentro nuestro. De hecho, es nuestro verdadero Ser.
Y vamos entonces al cuarto principio:
4. A pesar de ello, la mayoría de nosotros vive en un estado ilusorio de separación, dualidad, sufrimiento, que el relato bíblico denomina “caída”, y el Vedânta “ignorancia”, sin percatarnos de la Presencia ni del Espíritu Interno ni del Externo.
“La verdad de Brahman puede ser comprendida intelectualmente. Pero, aún en l@s que así la comprenden, el deseo de separación personal está muy arraigado y es potente, pues existe desde el comienzo de los tiempos.
Crea la idea: “yo personalidad soy el autor, yo soy quien experimenta.” Esta idea es la causa de la servidumbre a la existencia condicional, nacimiento y muerte. (…)
Es la ignorancia lo que nos hace identificarnos con el cuerpo, el yo , los sentidos o cualquier cosa que no sea el Âtman. Sabio es el hombre que vence esta ignorancia por devoción al Âtman…
Cuando un hombre sigue el camino del mundo, el camino de la carne, o el camino de la tradición (esto es, cuando cree en los ritos religiosos y la letra de las Escrituras, como si fueran intrínsecamente sagrados), el conocimiento de la Realidad no puede surgir en él.
Los sabios dicen que este triple camino es como una cadena de hierro, que ata los pies de aquel que aspira a escapar de la cárcel de este mundo.” (Shankara, India, s. IX)
La ignorancia es nuestra identificación (nosotros, conciencia), con objetos limitados (pensamientos, sensaciones corporales, sistemas de creencias, este cuerpo-mente, etc.)
En sus escritos, como en el Brihâdaranyaka Bhâshya, Shankara apunta que esta ignorancia es lo que lleva a las personas a creer que están separadas de Brahman, cuando en verdad nunca lo están; esta percepción errónea es la que crea la ilusión de la dualidad y el sufrimiento. Presta al mundo y a sus fenómenos el carácter de sustancialidad (realidad auto fundante).
“Quien conoce, ve a Dios en todas partes. El ignorante, en cambio, ve sólo la diversidad. Y sufre como un niño que imagina que su sombra es un fantasma.”
La avidyâ(ignorancia metafísica) consiste en considerar real lo impermanente, lo transitorio, lo perecedero, y por eso genera sufrimiento. El ignorante ve el mundo fenoménico como la única realidad, y por ello padece sufrimiento existencial (angustia). La obsesiva conciencia que el ser humano tiene de sí mismo y su insistencia en ser un yo separado constituyen el último y más formidable obstáculo para su felicidad.
“La causa del dolor es la avidez de vida individual.” (Buddha)
