Me manifesté como Ana Rita Jachimowicz en esta dimensión el 9 de enero de 1950, en Buenos Aires (Argentina), en el barrio de Constitución, en un conventillo donde vivían apiñadas tres familias de judíos polacos sobrevivientes del Holocausto, iniciando una nueva vida en este país desconocido.

A los 15 años comencé mi búsqueda espiritual, acicateada por el pasmoso misterio de la Muerte, a la que puedo considerar por lo tanto que fue mi Maestra en el camino. Al
terminar el secundario, quise buscar respuestas continuando estudios terciarios en Religión, dirigiéndome a la mía de origen, la judía, donde muy amable y expeditivamente me informaron que eso no era posible por mi condición de mujer. Las facultades teológicas de otras religiones estaban por supuesto aún más vedadas.

Tras un paso fugaz por el ingreso a Ciencias Exactas, donde pretendía que la Física me descubriera “cuál es la ley que rige al mundo”, me decidí finalmente por la carrera de Profesorado en Filosofía, en la Universidad de Buenos Aires. Ejercí durante muchos años la docencia en esa rama, que me resultaba totalmente satisfactoria, pues se trataban precisamente las cuestiones que me interesaban.

Tras un golpe duro en mi vida, escribí POR QUÉ PERMITE DIOS EL MAL EN EL MUNDO, y ahí me percaté de que la Filosofía Occidental resultaba insuficiente para dar respuesta al enigma de la Vida y de la Muerte, porque la única facultad de investigación que consideraba lícita era la Razón, y ésta no alcanza para dar respuesta a dichos interrogantes.

Junto a Mataji Indra Devi, hice el Instructorado de Yoga, descubriendo la maravillosa Espiritualidad de las Upanishad. Dicté durante 12 años la materia “Filosofía del Yoga” para los estudiantes del Instructorado, y escribí decenas de artículos y un libro sobre el tema, LAS FORMAS DEL YOGA.

Luego descubrí al teólogo norteamericano Matthew Fox en su libro “Ciencia y Espiritualidad”, y fui corriendo a hacer con él el Doctorado en Ministerio en Espiritualidad de la Creación. Volqué luego mi tesis de doctorado en el libro DIOS ADENTRO DIOS AFUERA. Intenté crear con FUNDACIÓN PLÉROMA un centro de Espiritualidad Holística, que funcionó unos años, superando luego mi capacidad administrativa, y ahora renacida como programa EMPUJAR de empoderamiento para adolescentes de entorno social difícil.

Finalmente descubrí que existe una sabiduría, única en dar una respuesta viable para mí al enigma de la Muerte, respuesta supra-racional, pero no irracional, que como un río subterráneo corre por debajo de todas las tradiciones espirituales y religiosas, surgiendo a la luz en las personas de sus místic@s y Maestr@s. Se la conoce como Filosofía Perenne, Tradición Única, Filosofía o Sabiduría Mística, Religión Universal, Espiritualidad Universal… Aparecen, entre otros, el Advaita-Vedânta, el Sufismo, el Taoísmo, el Zen, los místicos cristianos, la Cábala, las Espiritualidad Celta, la Física Cuántica, las espiritualidades de los pueblos originarios…

Yo la llamo ESPIRITUALIDAD HOLÍSTICA, la Espiritualidad de “Dios en Todo y Todo en Dios”, y me dedico desde hace unos 13 años a difundirla a través de Talleres, Programas de Radio, Grupos de Estudio, Cursos y Grupos en las redes, no con la finalidad de ganar acólitos, sino la de suministrar un lenguaje, una tradición y un lugar de encuentro a quienes, como antes me sucedía a mí, sienta una Espiritualidad Universal dentro suyo pero no encuentra lugar ni palabras para expresarla.

“La Verdad está dentro de nosotros; no procede del exterior. (…) La Sabiduría consiste más bien en abrir un camino por donde el esplendor aprisionado pueda escapar, que en tratar de hacer entrar una luz que supuestamente existe en el exterior.”
(Robert Browning, Inglaterra, s. XIX)