Con el Conocimiento de la Verdad viene el Saber acerca de la propia Inmortalidad.
Al recitar, como todas las mañanas, el antiquísimo Asatoma védico(Brihadaranyaka Upanishad, 1.3.28), cuya traducción reza:
«Del No-Ser llévame al Ser / De la oscuridad llévame a la luz / De la Muerte llévame a la Inmortalidad.»
De repente tomé conciencia de otra dimensión de su significado. (Esto, dicho sea de paso, suele suceder con los textos de sabiduría, que utilizan el lenguaje en su función transformativa, en lugar de informativa, motivo por el cual se aconseja repetirlos en forma regular.)
La Verdad acerca de la Verdadera Realidad, a la cual se accede por contacto directo con la Realidad del propio Ser, y no buscándola como un objeto más fuera de nosotros mismos, nos revelará que nuestro verdadero Ser es intemporal e inespacial, por lo tanto eterno o, dicho desde lo relativo, «inmortal».
Nuestra «inmortalidad» no radica en que nuestra personalidad psico-física «dure» miles o millones de años, sino en nuestro vivir en el no-tiempo, inconcebible desde esta dimensión.
Todo lo que esté «compuesto» de algo morirá. Sólo lo Uno perdura.
Querida alma buscadora, aquí radica la clave de la paz y la felicidad duraderas.
IMAGEN: versión manuscrita del Asatoma, escrita por Narendra, un discípulo de Shri Aurobindo. Debajo de ésta, Aurobindo escribió de su puño y letra: tathastu («Así sea»).