Cuando entiendo la Unidad, no entiendo la Diversidad.
Cuando entiendo la Diversidad, no entiendo la Unidad.
“¡Vive!” –dice mi Voz Interior- “Tu corazón entiende.”
Ya desde hace miles de años la humanidad atribuyó al corazón la capacidad de discriminar lo verdadero de lo falso. Los antiguos egipcios momificaban a sus muertos y sólo el corazón (reconocido como sede del pensamiento y los sentimientos) se mantenía en su posición para posibilitar la ceremonia de la pesada de este órgano, tan bien descripta en el Libro de los Muertos y pintada en los frisos exhibidos en el Museo Británico. El corazón debería pesar menos que la pluma Maat que representaba la verdad; si se comprobaba esta diferencia, la vida eterna estaba asegurada, siempre que su comportamiento en vida hubiera sido recto como los antiguos mandamientos prescribían.
El corazón -definido por el gran Leonardo da Vinci como “il strumento mirabile invenzionato dal sommo maestro”- es uno de los principales órganos del cuerpo humano, cuya complejidad de funcionamiento recién ahora estamos comenzando a entender. Sabemos que el cerebro maneja las emociones y las pasiones, pero el corazón es el resonador de todos estos sentimientos y por algo siempre se lo ha relacionado con la solidaridad, la compasión y el amor.
Como cardiólogos y conocedores de la mecánica cardíaca describimos al corazón como una banda muscular constituida por un conjunto de fibras musculares, retorcido sobre sí mismo a modo de una cuerda lateralmente aplastada que al dar dos vueltas en espiral define un helicoide que delimita ambos ventrículos y conforma su funcionalidad.
Su trabajo es el de una bomba aspirante e impelente que garantiza la irrigación sanguínea a todos los órganos de nuestro cuerpo. Sin embargo, no podemos negar su estrecha relación con el cerebro.
El corazón participa de las emociones intensas; es afectado tanto por las circunstancias muy penosas como a veces también por las muy felices. El síndrome de Takotsoubo representa el 1-2 % de todos los infartos agudos de miocardio; como característica diferencial no tiene lesiones coronarias y suele presentarse luego de un evento estresante generalmente emocional muy intenso. Se lo conoce asimismo con el nombre de “broken heart syndrome”.
También un momento de intensa felicidad puede dar complicaciones cardíacas, generalmente arritmias que pueden ser severas. Se lo ha descripto como “síndrome de Stendhal”, definido como una reacción psicosomática ante la acumulación de extrema belleza y la exuberancia del goce artístico.
Hay muchos ejemplos más en los que el corazón participa en la captación de las emociones, activándose cuando se producen fuertes impactos como alegrías, exaltaciones, pasiones y penas, aunque el inicio de todo está en el cerebro por la liberación de catecolaminas, endorfinas, serotonina, dopamina, prolactinas y oxitocina, entre otros mediadores neuroquímicos.
La realidad es que muchas veces no actuamos desde la razón; ésta suele estar contaminada por premisas falsas, prejuicios, situaciones de poder y permanencia, en cambio cuando decidimos desde lo emocional, pareciera que el corazón nos hablara.
La corazonada es la señal de nuestra alma, superadora del razonamiento frío y calculador.
En momentos de dudas y decisiones, “escuchar al corazón” es un buen consejo, pues no suele equivocarse; fallar tras haber seguido al corazón siempre es más justificable porque sabemos que se rige por intuiciones, deseos, ilusiones y sueños.
Volvamos a creer como los antiguos egipcios que el corazón permite inclinar la balanza hacia lo verdadero. (Jorge)
IMAGEN: Juicio de Osiris del papiro de Hunefer (dinastía XIX de Egipto). Anubis pesa el corazón contra la pluma de la verdad en la balanza de la poderosa diosa Maat. Si su corazón es más liviano que la pluma, se le permite pasar a la otra vida. Si no es así, es devorado por la expectante criatura Ammyt (Museo Británico).
————————————————————————————————————–
La Realidad es Una o Múltiple?
La Razón discrimina entre lo Uno y lo Múltiple. Lo Uno, la Unidad de todo, es el Ser. Lo Múltiple, la Diversidad, son las cosas manifestadas, con cualidades.
Existe una célebre imagen denominada “copa de Rubin”, creada en 1915 por el psicólogo danés Edgar Rubin, que representa dos perfiles enfrentados. Sucede que sólo podemos ver alternadamente, o bien esos dos perfiles enfrentados, o bien una copa; no podemos ver simultáneamente los dos significantes.
Del mismo modo, cuando nuestra mente capta lo Uno, sólo ve Unidad, y cuando se enfoca en la Multiplicidad, sólo ve Diversidad, entes separados unos de otros.
Entonces, la verdadera Realidad, es Una o Múltiple? Frente a este dilema, el Advaita-Vedânta opta por negar realidad al mundo de lo múltiple, denominándolo “ilusorio” o “Mâyâ”. El Teísmo tradicional religioso judeo-cristiano-islámico, en cambio, opta por ver un mundo en que tod@s somos entidades separadas, y Dios es el “Gran Otro” morando “arriba”, en el Cielo.
En cambio, si en lugar de recurrir a la Razón para conectarnos con la Realidad, hacemos auto-indagación, acudiendo a la Vivencia, caemos en la cuenta de que todo el tiempo estamos inmersos simultáneamente a la vez en la Unidad y en la Diversidad!
Nosotros mismos, en nuestra propia vivencia interior, a la vez que atravesados por pasiones, ideas, percepciones y sentimientos, nos percibimos subyacentemente idénticos, unitarios, permanentes. Ni siquiera podríamos reconocer los distintos estados psicológicos si no fuera desde ese trasfondo unitario permanente!
En nuestra vivencia del Presente, nos reconocemos instalados en ese Presente Eterno, transido de sucesivas vicisitudes interminables. Pero otra vez, si no estuviéramos instalados en ese Presente que es nuestro hogar, ni siquiera podríamos reconocer esas vicisitudes como tales!
Lo mismo sucede con el Aquí: siempre estoy Aquí, aunque ese Aquí tome formas diversas. “Llevo el Aquí” a todas partes adonde voy. Y aquí, como tantas veces, el lenguaje nos revela una sabiduría de la cual no siempre somos conscientes. Decimos: “Estoy en otra parte”. Al denominar “parte” a la localización determinada donde actualizo el Aquí, se evidencia que nuestras circunstancias son siempre parcializaciones de la Totalidad.
Por eso la Voz Interior dice: “El secreto de la Vida se revela al vivirla, no al pensarla.” Y si llamamos “Corazón” al órgano de la Intuición o Conocimiento Directo, o sea la Vivencia, diremos con Pascal: “El Corazón tiene sus razones que la Razón no entiende.”
VIVIR es lo que nos pide (y ofrece) la VIDA. (Ana)
PARA PENSAR:
Qué es una “corazonada”?
Elegir “desde lo emocional” es lo mismo que “seguir al corazón”?
Estás de acuerdo con las dos siguientes reflexiones de Jorge:
“El inicio de todo está en el cerebro”
“Fallar tras haber seguido al corazón siempre es más justificable”?
TUS REFLEXIONES, AMIGO LECTOR/A:
————————————————————————————————–
——————————————————————————————
——————————————————————————————-
——————————————————————————————–