Nuestras oraciones Le llegan instantáneamente a Dios, porque nuestro Ser- Presencia, que es nuestro Ser real, es el mismísimo Ser de la Existencia-Dios. Por lo tanto, háblale seguido a Dios, que la Presencia siempre te escucha. (Ana Jachimowicz, Argentina, 1950)
IMAGEN: The Eden Magazine.
Esto sería como que somos lengua y oído del Ser o, en lenguaje postal, somos remitente y destinatario a la vez.
Es extraño, inquietante y esperanzador, este sentimiento de completitud con el Ser.
Es extraño pensar que se «Es» lo que se anhela.
Inquietante no haberlo sabido antes.
Esperanzador, contar, de ahora en mas, con esa idea.
Hola Rubén!
Me permití tomar tu metáfora postal para el título de la entrada, que no le había puesto!!!! 🙂
Tal cual «extraño, inquietante y esperanzador…» , caracterizas con total exactitud el lenguaje y objeto del conocimiento místico, que es salvífico pero inexpresable en un lenguaje dualista.
Abrazo, compañero de ruta en este apasionante camino del peregrinar místico!!!