Dios Adentro Dios Afuera

Células de lo infinito

Universo viviente

Somos todos células del gran cuerpo de Dios. Somos todos células de lo Infinito.

Prof. Dra. Ana Jachimowicz:

 Con esto quiero significar que el Universo es un organismo, un gigantesco Ser Viviente, dotado de cuerpo material, vida, inteligencia y conciencia, que nos incluye, y con quien compartimos, a»imagen y semejanza», lo corporal, lo energético, lo psicológico y sobre todo lo espiritual-presencial, la «Yoidad».

Somos microcosmos del gran Macrocosmos.

Utilizo como sinónimos los términos “Dios”, “Macrocosmos”, “Infinito” y “Universo”.

Y con el término “células” destaco que poseemos holográficamente todas las características del Cuerpo Universal al que pertenecemos y a la vez componemos.

Además, así como una célula no puede vivir aisladamente, así nosotros también estamos interrelacionados en y con la Totalidad Viviente y Consciente, a todo nivel. La separatividad es el juego mágico que nos hace jugar la Unidad.

Y así como las células se organizan en tejidos, órganos y sistemas de órganos, el Universo Viviente también es multidimensional.

La misma Vida nos permea a todos y a todo.

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Somos todos células del gran cuerpo de Dios. Somos todos células de lo Infinito.

Dr. Jorge Lowenstein

Las células son la unidad anatómica fundamental de todos los organismos vivos, y como seres vivientes tienen una vida limitada. Se van muriendo y son continuamente reemplazadas por otras; van dejando su espacio para ser sustituidas por otras más jóvenes, aunque con similar código de información.

Nuestro maravilloso cuerpo está integrado por aproximadamente 37.3 billones de células, en el que cada una cumple con una función específica. Estas células se renuevan en nuestro organismo casi totalmente cada 10 años, aunque en cada tejido que integran se regeneran con diferente regularidad.

La piel se recicla cada 2-4 semanas; los glóbulos rojos no viven más de 4 meses. Sin embargo, las neuronas de la corteza cerebral podrían tener la misma edad que el propio individuo (aunque hoy sabemos que en algunas localizaciones son capaces de reproducirse). Las interconexiones neuronales son tan importantes que no hay un recambio para poder mantener la conciencia y la propia personalidad.

Posiblemente las células con vida más corta en el organismo sean las intestinales (viven solamente 1 semana).

Esta regeneración celular no es perpetua; como lo confirma la Biología, tienen su período de vencimiento y por lo tanto el cuerpo no vive eternamente. Sin darnos cuenta, durante nuestra permanencia terrenal, nuestros organismos nunca son los mismos, sino que nos renovamos permanentemente, en un continuo renacimiento citológico.

La vida y la muerte son complementarias; la muerte es un proceso biológico natural que le da magnitud y valor a la vida.

Es necesario reconocer la fugacidad del paso de nuestros cuerpos por la tierra; nuestra vida es apenas un latido del Universo.

Si por un momento nos imaginamos un mundo en el que no existiera la finitud de nuestros cuerpos, habría una población mundial, según cálculos aproximados, de más de 107.000 millones de personas; de no existir los ciclos naturales de vida-muerte, no habría capacidad en nuestro planeta para albergar a toda la humanidad. Por ello podemos interpretar que la muerte, paradójicamente, es un mecanismo de preservación de la especie.

Diferentes mecanismos son responsables de la muerte celular 1) las lesiones externas que producen necrosis 2) la apoptosis​ o muerte celular programada o provocada por el propio organismo, con el fin de controlar un crecimiento celular anormal, y 3) la senescencia celular o limite proliferativo, que es cuando la célula deja de dividirse, envejece y muere.

Hoy la ciencia acepta que todas las células tienen un ancestro común; este concepto se apoya en la existencia de un código genético universal; el de un chimpancé tiene 96 % de similitud con los seres humanos, un ratón comparte un 85% de la información, y en la mosca de la fruta más del 60% de su ADN es similar al nuestro.

Compartimos mucha de la información genética con los mamíferos, los pájaros, las bacterias y hasta con las plantas. Nuestros organismos son un microcosmos representante en pequeña escala del universo infinito, y en general nuestros modelos biológicos coexisten a pequeña escala en un patrón general que se repite continuamente en toda la naturaleza.

Somos más que la suma de todas las células de nuestro organismo, misterio que todavía la ciencia está intentando descifrar.

DIFERENTES PARADIGMAS:

“Las interconexiones neuronales son tan importantes que no hay un recambio para poder mantener la conciencia y la propia personalidad.” (Jorge)

Quiero consignar aquí un disenso de paradigma con mi compañero buscador. Según mi paradigma, no son las interconexiones neuronales las que mantienen la conciencia y la personalidad, sino a la inversa; la Conciencia es la que mantiene la personalidad y las interconexiones neuronales. (Ana)

PARA PENSAR:

 “Sin darnos cuenta, durante nuestra permanencia terrenal, nuestros organismos nunca son los mismos.” (Jorge)

Aquí tengo una pregunta para Jorge y para ti, compañero lector:

Si nuestros organismos nunca son los mismos, de dónde proviene la conciencia de identidad? (Ana)

TUS REFLEXIONES, AMIGO LECTOR/A:

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diosadentrodiosafuera@gmail.com 

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Jorge Lowenstein
Jorge Lowenstein
1 year ago

La conciencia de identidad si nos referimos al yo psico- fisico aparece en los humanos en los primeros meses de vida y se va construyendo en la personalidad con el paso de los años de acuerdo a las experiencias de la vida.
Su estabilidad está dada porque precisamente las células cerebrales son las únicas que no se recambian y están en un profundo aprendizaje
Sin embargo, a pesar del tiempo nuestra presencia es la misma, es la llamada yoidad y representa nuestra verdadera cédula de identidad , son nuestras huellas digitales que nunca cambian, aunque la piel se renueva constantemente.
Además, no se construye , es lo que somos, por lo tanto tenemos la misma yoidad desde muestro nacimiento.

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