Dios Adentro Dios Afuera

Ciencia sin Religión

“La Ciencia sin Religión es renga; la Religión sin Ciencia es ciega.(Albert Einstein, Ideas and Opinions, 1941)

Magistral frase de uno de los mayores genios de la Ciencia moderna.

Albert Einstein no era religioso, sin embargo estaba convencido de que había una Inteligencia Superior detrás de todo. Tantas maravillas, tanto misterio, no podían ser por azar, debía existir una Conciencia Universal.

Para Einstein ,“Dios” era una metáfora de “Naturaleza”; por eso estaba fascinado con el panteísmo de Spinoza.

Ciencia y Religión han estado muchas veces en franca confrontación, que en el pasado ha llevado a absurdos enfrentamientos.

Einstein sostenía que Ciencia y Religión no se encuentran necesariamente opuestas, pues ambas persiguen el mismo fin: la búsqueda y entendimiento de la realidad.

Hoy, pareciera que tienden a recorrer un sendero en común, y es de esperar que puedan superar totalmente sus antinomias con diálogo e integración.

La Ciencia tiene sus limitaciones para explicar el enigma último de la Naturaleza, por lo que no es casualidad que grandes científicos fueran también religiosos y místicos. Hay en la historia muchos ejemplos de que pueden coincidir en la misma persona; aunque los místicos no buscan la verdad en el exterior sino en lo más profundo de sus conciencias, ambos tienen maneras compatibles de comprender la misma realidad subyacente.   

Max Planck, una de las mentes más brillantes de todos los tiempos, considerado el fundador de la teoría cuántica y galardonado con el premio Nobel de Física en 1918 -se le puede considerar el paradigma del científico- en su intimidad presuponía la existencia de un “Espíritu consciente e inteligente, matriz de toda la materia”.  Posiblemente este Ser superior, que es y está en todo, sin límites de espacio ni de tiempo, estableció las leyes naturales que gobiernan el Universo.

Isaac Newton en Inglaterra, considerado uno de los padres de la Ciencia moderna, escribió: “Este sistema tan hermoso, formado por el sol, planetas y cometas, sólo puede provenir del consejo y dominio de un Ser inteligente y poderoso…”

“Las Matemáticas son el alfabeto con que Dios escribió el Universo”, sostenía Galileo Galilei. 

Retornando a Einstein, quien escribió mucho sobre Ciencia y Religión, se sabe que aunque no creía en un Dios antropomórfico, poseía un sentimiento religioso cósmico, sin dogmas. Lejos de practicar un ateísmo “científico”, no dejaba de admirar el maravilloso orden del Universo. “Dios no juega a los dados” era su discutida y famosa frase.

La verdad experimental y demostrable, que define a la Ciencia, aunque importante, no es la única verdad posible; le falta una pata, o esta coja, como decía Einstein; pensemos que las cosas más importantes de la vida, que dan sentido a nuestra existencia, son precisamente las más difíciles de objetivar y verificar científicamente.

Por otro lado, la Religión necesita del bastón de la Ciencia; su complementariedad ayudará a entender, sin prejuicios, el origen del Universo y de la Vida.

Tanto Einstein como otros brillantes científicos que aportaron grandes descubrimientos no sólo no nos alejan de “Dios”, sino que ayudan a ir a Su encuentro. (Jorge)

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La Ciencia sin Religión es renga.

Suponemos que Einstein se está refiriendo a “Religión”, no en un sentido fundamentalista y estrecho, sino a lo que hoy llamaríamos una Espiritualidad Universal, a la que se refería en  estos términos:

«Mi religiosidad consiste en una humilde admiración del Espíritu Superior que se manifiesta en lo que podemos entender de la realidad.» (The Merging of Spirit and Science,1929)

Por lo tanto, una “Ciencia sin Religión” sería el estudio del mundo para “entenderlo” pero sin ver en él la manifestación de un Espíritu Superior. Para una Ciencia sin Espiritualidad, El mundo es lo que es, y nada más. Se remite a sí mismo y no a ninguna otra cosa. Es autorreferencial. Una rosa es una rosa y nada más. No hay nada más que decir, salvo analizar sus múltiples componentes, las relaciones entre ellos y las relaciones de la rosa con el medio ambiente. Es cierto que la Ciencia debe limitarse a eso, pero el Científico, el ser humano que la lleva a cabo, ve de esta forma su vida muy empobrecida, carente de sentido.

Y otra vez Einstein:

«El hombre se siente perdido en la vida si no está dispuesto a buscar un significado más elevado.» (The World as I See It,1934).

Por eso “la Ciencia sin Religión es renga”: porque le falta una pata, la pata del sentido, sin la cual la vida del ser humano adherido a tal cosmovisión -sólo material- del mundo puede hundirse en un nihilismo existencial, muchas veces con correlato de vacío y angustia. Por otra parte “la Religión sin Ciencia es ciega”. Ciega entiendo yo, porque no sabe manejarse en este mundo. Porque sin un fundamento científico, lleva a sus seguidores a caminos errados, como celibatos forzados, discriminaciones, idolatrías, persecuciones, negación de nuestra unidad con la Naturaleza, etc.

Religión, Ciencia, Arte, Economía, Tecnología, son otras tantas formas de relacionarnos con el mundo en las que somos co-creadores en la mágica función de hacer surgir formas nuevas en este Universo de las formas.

Ojalá la Humanidad aprenda a utilizar estas maravillosas herramientas de creatividad en pos de la Paz, la Armonía, a Verdad y la Belleza. Cómo lo ves vos? (Ana)

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