“Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y ver que Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera Te buscaba!” (San Agustín, Argelia, 354-430)
Buscamos a Dios afuera, como si fuera un objeto más, un Ente Supremo, y así caemos en la idolatría como en caso del Becerro de Oro en el Antiguo Testamento.
Si se desconecta el ruido de fondo y frenamos el ímpetu de nuestros actos, aún el libre fluir de la imaginación podremos ver, bajo la luz propia que todos podemos emitir, la verdadera naturaleza de las cosas. Entonces llegamos a una conclusión: «Soy un ser humano. Quiero ser parte de esta especie. Quiero ser feliz». Lo trágico de todo esto es que vivimos deseando felicidad para los demás y rogamos por ella para nosotros… Como si la felicidad fuese un don que cae de lo alto, como un regalo, como un maná vital. Ser feliz es un acto de fe pero a la vez una toma de posición, una posición existencial firme basada en la compasión (no lástima sino identificación plena), la paciencia, la tolerancia y el amor. A esto nuestros profetas le llamaban «Sabiduría». No es un anuncio que se hace al mundo: No se dice «soy feliz», por decreto. Se vive feliz haciendo cosas felices, sirviendo al que necesita, asistiendo al ser humano en conflicto, aceptando las penas que nunca son ajenas porque de alguna manera también podrán ser nuestras algún día… Esto es el verdadero amor, que lleva a la paz, Nirvana, Iluminación, Estado de Gracia, como quieran llamarle.
Hola Hugo!
«La luz propia que todos podemos emitir» : muy cierto.
Me recuerda la frase del místico persa Hafiz: «Ojalá pudiera mostrarte/ en tus horas de soledad y oscuridad /la asombrosa luz /de tu propio ser.»
Concuerdo con tigo que la felicidad es una toma de posición ante la vida… Al igual que la infelicidad por otra parte!!!!
Gracias por tu reflexión. Paz y luz!
Dios esta afuera, en todo el Universo y por ende en la naturaleza donde todo lo que podemos apreciar con nuestros sentidos es sagrado pero no hace falta buscarlo lejos porque es nuestra voz interior y su presencia esta dentro de cada uno de nosotros. Entonces hay dualidad ? precisamente no porque es el mismo Dios . Es la totalidad
Dios es el misterio de la existencia, tanto «fuera» como «dentro» de nosotros.
eso es porque es mucho mas facil buscar por afuera…una meta, un logro, un titulo , un sueño, un premio, una esperanza de algo
Buscar adentro obliga a pensar, sentir, analizar, confiar, creer…. y ahi entran nuestro miedos internos, nuestros temores, nuestros demonios…. entonces mejor no! y asi postergamos minuto a minuto…. dia a dia esa busqueda interna que lleva a la verdadera felicidad
En los tiempos tumultuosos en que vivimos, se nos hace muy difícil encontrar a Dios afuera. El desafío sería considerar la posibilidad de ponerle menos condiciones a la vida y afrontar lo que ES, en busca de la paz interior. No digo que sea fácil, porque no estoy de «vuelta» de nada, solamente reflexiono.
Un abrazo!
Totalmente de acuerdo!!!! Pero la gran mayoría de la gente de nuestra cultura occidental sigue buscándolo «afuera», incluso con microscopio, un telescopio, o un acelerador de partículas!!!
y en cuanto a lo segundo que decís, quizás en vez de «afrontar», yo perferiría «aceptar» , «bienvenir» o incluso «celebrar», y concuerdo contigo que allí está el secreto de la paz interior y más aún, de la felicidad. Yo personalmente en eso tampoco estoy «de vuelta»; apenas lentamente «de ida» …. 🙂
Gracias por tus reflexiones siempre tan honestas y profundas. Paz y luz.
Gracias Pame! Clarísimo!!!!