«La letra de este tango argentino manifiesta el uso del pronombre «uno» para referirse a la propia persona.
Extraño, verdad?
También llamamos «Uno» a la Unidad Divina.
Llevando la mano al corazón, nombramos también con el adjetivo «Uno», nuestro ser más íntimo…
Unidad pequeña, unidad grande… Como es arriba es abajo… Como es adentro es afuera…» (Ana Jachimowicz, Argentina, 1950)
El cuento de los ciegos y el elefante es una parábola que ilustra la imposibilidad de conocer la totalidad de la realidad. Se originó en la India y es parte de las tradiciones budista, jainista, hindú y sufí.
La historia
Un grupo de ciegos no saben cómo es un elefante.
Deciden tocarlo para entender su forma.
Cada uno toca una parte del elefante y tiene una percepción diferente.
Por ejemplo, uno toca la trompa y dice que es como una serpiente, otro toca la oreja y dice que es como un felpudo.
Todos están convencidos de que su descripción es la correcta.
La moraleja
La moraleja es que los humanos tienden a afirmar la verdad absoluta basándose en su experiencia limitada y subjetiva.
Ignoran las experiencias limitadas y subjetivas de otras personas, que pueden ser igualmente verdaderas.
La relevancia
El cuento se ha utilizado para expresar la relatividad, la opacidad o la naturaleza inexpresable de la verdad.
También se ha usado para hablar de la necesidad de comunicación y de respeto por las perspectivas diferentes a las propias.
Gracias Ángel!