Dios Adentro Dios Afuera

Hay una sola Religión

La Única Religión Universal es la que YA ESTÁ SEMBRADA dentro de nosotros. Sólo tienes que despertar a lo que YA existe en tu interior.

Ana Jachimowicz (Argentina, 1950)

Imagen: Hilma af Klimt

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Ángel Reinhardt
Ángel Reinhardt
2 months ago

EN SU NOMBRE VIVIMOS

En Su nombre vivimos, en Su templo vivimos; En Él vivimos verdaderamente, hasta que Él abre su ojo en nosotros.
En su nombre Él vive, en Su templo Él vive; Él vive verdaderamente en Él, cuando abre su ojo en nosotros.
Mientras tanto, esperemos y miremos hacia Él, y no los unos a los otros. Llamémosle a Él en todo, para encontrarlo todo en Él, entonces la vida
será un festival de la carroza, y no un festival de la guerra.

Comentario:

Esta es la meditación mas bella en la que uno peda pensar nunca. Es uno de los últimos mensajes que Krishna, el Señor, compuso en forma de meditación, esta meditación completa al discípulo y lo convierte en Él.

En Su nombre vivimos. En Su templo vivimos. El templo es el cuerpo humano. Nosotros vivimos en él. Todo lo que constituye la creación y el cuerpo proviene de lo Divino. La vida, la conciencia, la voluntad, el amor, la luz, la mente, los 5 sentidos, los 5 elementos relacionados con el cuerpo y con la creación, provienen solo de lo Divino.

Muchas veces decimos: “mi cuerpo, mi mente, mi vida, mi inteligencia”. Nada de todo lo mencionado es fabricado por nosotros. Solamente lo usamos. Así como el hijo de un hombre rico usa las propiedades de su padre, así todos nosotros usamos la propiedad del Padre como si fuera nuestra. Un padre no pone objeciones a que el hijo use sus propiedades. Es mas, le dice al hijo que todo lo que ha adquirido es para que el disfrute. Lo que ocurre, es que al acostumbrarnos a usar esta propiedad, nos creemos que es nuestra. Nada relacionado con nuestro cuerpo es nuestro. Todo nos es dado y, por ello y a su debido tiempo, lo debemos devolver. Solamente la experiencia permanece con nosotros.

En su nombre vivimos. El nombre de Dios es Yo Soy. Cada uno de nosotros dice: “Yo soy” Usamos su nombre y pensamos que es el nuestro. Vivimos en su templo y sentimos que es nuestro. Somos personas olvidadizas. Mientras nuestro mismo vivir, nos sea nuestro vivir verdadero. Continuaremos sintiendo que vivimos. Cuando seamos aquel que ha decidido vivir, podremos vivir en el cuerpo todo el tiempo que deseemos. De hecho, Él es el original y nosotros Sus reflejos. Cuando el original decide vivir en el cuerpo, nosotros, el reflejo, también vivimos en el cuerpo. Cuando el original decide partir del cuerpo, el reflejo también parte. Somos únicamente Sus reflejos. Él es el original. Se refleja en muchos cuerpos y de muchas maneras. Debemos saber que los reflejos no tienen una existencia independiente y que nuestra existencia es, en verdad, Su existencia.

Solo hasta que el Él abre Su Ojo en nosotros, vivimos en la ilusión de nuestro nombre, de nuestra forma y de nuestra vida. Una vez ha abierto Su ojo en nosotros, nos damos cuenta que Él vive en Su nombre, en Su templo y, verdaderamente, en Él mismo. Cuando el Señor abre Su ojo en nosotros, ya no hay más ilusión ni reflejo, y la Verdad se hace realidad. El fantasma del yo se disuelve en el yo superior. El fantasma es la falsa identidad. El cual desarrolla una falsa personalidad. No tiene existencia, es un mero reflejo.

Hasta que no ocurre este proceso ¿que debemos hacer?  Hasta que por la gracia divina no se desvanezca nuestra ilusión ¿Qué debemos hacer? ¿Debemos sufrir la ilusión, la ignorancia y el inherente dolor? No tiene que ser así necesariamente. Podemos tratar de verle a Él cuando vemos a otros. Escuchémosle a Él también cuando escuchamos a los demás. Este es un juego alegre y estamos destinados a fallar una y otra vez. No importa. Continuemos tratando de verle y oírle a Él también cuando veamos y escuchemos a los demás.
Así, la vida se convierte en un movimiento gozoso, en un movimiento festivo, como un festival (como el festival de la carroza). De otra forma, la vida se convierte en una guerra.

Hay una afirmación en esta meditación que nos aconseja saber esperar. La espera es una cualidad muy importante en el discipulado. La habilidad para esperar esta conectada con la habilidad para recibir. En la vida hay una dimensión relacionada con la recepción. La vida ofrece a través del tiempo, solo así nosotros recibimos. Las personas que no pueden esperar, se pierden lo que la vida les ofrece. Tras cada acto, hay que esperar antes de pasar al acto siguiente. Esta espera es una pausa que proporciona equilibrio. El equilibrio permite recibir. El movimiento y el equilibrio son las dos alas de la vida rítmica. El equilibrio llega a través de la pausa.

Ángel Reinhardt
Ángel Reinhardt
2 months ago

TEMPLO CÓSMICO

A aquel en cuyo Templo, el arco está iluminado por las estrellas.
En cuyo templo el Sol es la imagen de Dios,
A cuyo templo la Luna va cada mes
Trayendo el mensaje a cada luna llena, y,
Cuyo mensaje la luna canta como una palabra
de dieciséis letras,
A su religión yo pertenezco;
Su templo yo visito; Su nombre yo pronuncio;
En su gloria yo vivo.
A Él le ofrezco el loto de mi día,
A Él le ofrezco el loto de mi noche.

Comentario:

Esta es la meditación más antigua. Antes del advenimiento de las religiones, la adoración del Señor Sol era muy común en todos los lugares del planeta. Al sol se le adoraba como Dios. Las constelaciones, con sus planetas y estrellas, eran consideradas como el templo. El Sol era visto como la imagen de Dios. Este era energía invisible en el transfondo, mientras que el Sol era su forma manifestada.

El estudiante debía meditar en el globo solar, situándolo en su centro Ajna y, desde allí, ver al Sol como una lente que trasmite las energías desde más allá. La luna con sus 16 fases, se mueve alrededor del Sol a lo largo del mes, llevando consigo el mensaje de 16 letras. Las 14 fases crecientes y menguantes de la luna, la luna llena y la luna nueva, constituyen las 16 letras del mensaje que la luna trasmite mensualmente desde el sol, durante la fase de la luna llena. Este mantra de 16 letras era de mucha ayuda para que el estudiante pudiera alcanzar el Sol. La única religión de los antiguos era, fundamentalmente, adorar al Sol y vivir según el mensaje de la luna en su transitar por este templo. El templo era visualizado, por el estudiante de meditación como su propio cuerpo, y el Sol era visualizado como YO SOY. El YO SOY en el Sol, el YO SOY en el que medita, así como el YO SOY, mas allá del Sol, son uno solo. El nombre del señor que pronunciaba el que meditaba era YO SOY. Otros nombres que hacían referencia a Dios eran secundarios. YO SOY es el nombre del Señor. Así es como se entendía.

Entonces en la religión el estudiante veneraba el “YO SOY” y el “YO SOY” el Señor, que se manifiesta a través del “YO SOY” en el sol. Se esperaba del estudiante, que recordase a Dios como “YO SOY” en él y a su alrededor, y que experimentase la gloria del Señor YO SOY. La conciencia está llena con el señor YO SOY.  Los 3 logos: Las inteligencias cósmicas, solar y planetaria están llenas con el Señor YO SOY. En verdad, es el YO SOY, que existe como todo nombre y forma, y como cada día y cada noche.

Vive el día y la noche como una ofrenda al YO SOY, experimentándolo en ti y a tu alrededor. Esta es una antigua meditación relacionada con el YO SOY.

Angel Reinhardt
Angel Reinhardt
2 months ago

MI RELIGIÓN ES AMAR 

Profeso la religion llamada amor,
El amor es mi religion y mi fe.
Inhalo amor, exhalo amor.
Todo el universo es amor.
Mi madre es el amor
Mi padre es el amor
Mi profeta es el amor
Mi Dios es amor
Por lo tanto soy un hijo del amor
Y estoy aqui solamente para hablarles del amor

Jorge Trainini
Jorge Trainini
2 months ago

EL DISCÍPULO  I                                                    Introducción
 
        El gran legado del enigma que nos envuelve es el arte. En él se halla la identidad de cada acto sin perversidad. Es lo que logra el artista al representar un hecho único, irrepetible, emocional, profundo, sincero. Ese artista se sintió el discípulo del secreto, al que los humanos luego llamaron Dios. ¿Cómo se explica la facultad artística milenios previos a la escritura? Fue el mandato que recibió el hombre antes de otro aprendizaje. El misterio es arte. Donde al hombre no le alcanza la razón se inicia la intuición. Para entender a la cueva de Chauvet debemos desmoronar a la sensatez del raciocinio. El aprendizaje de la historia que acontece en esas rocas derrota a la lógica en la construcción de los dogmas. Siempre es exigua la razón. El hombre inventa su escenario de luces e intenta ser su propio dios con el conocimiento, pero ignora el límite de la conciencia.
           
Chauvet es un mensaje que sobrepasa los tiempos. Todavía el hombre no comprendió el significado. Su interpretación espera un hombre diferente. La cueva alerta que la vida es una experiencia del corazón. El discípulo como lo hizo el Hacedor enseñó con la fuerza del arte. No pudo hacerlo con la existencia. La diferencia entre ambos era en sus inicios sólo un grado de comprensión, no de calidad. El hombre lo arruinó.
 
Chauvet-Pont D´Arc es la obra de un artista mayor descubierto en el año 1994. Todo el desarrollo posterior en el arte plástico se halla en esta cueva ubicada en el talud del río Ardèche (Alpes franceses), la cual fue utilizada de atelier hace 33.000 años. Las cuatrocientos veinte figuras animales y catorce especies representadas tienen ya en el estilo los logros que iría adquiriendo el arte en su desarrollo venidero. Perspectiva, expresión, profundidad, sentimiento, proporción, movimiento, fueron logrados en las paredes de la caverna con sus superficies rugosas, anfractuosas, quebradas. Más sugestivo es que este bestiario desnuda el alma de las imágenes. Cada animal tiene identidad, personalidad, concentración, que lo hacen único. No están quietos. Las figuras distribuidas en el amplio espacio simulando un escenario natural se desplazan inquietantes implorando su “ser animal”. No se evidencia piedad o miedo. Hay realidad consciente. La vigencia del trazo y de lo expectante de las posiciones al momento de ser observadas linda con la eternidad. Han pasado de la muerte de sus vidas a ser vivos en la muerte. Chauvet es el atelier anticipado de difícil razonamiento. Vulnera todos los sistemas que el humano edificó con la cronología. Anticipada a los logros técnicos roza la espiritualidad. Desde ahí parece advertir al mundo que en esa confluencia del hombre de Neardental que desaparecía y el Homo sapiens que emergía, en el inicio de la expansión humana europea, un artista mayor al margen del legado genético de la supervivencia ya poseía pleno desarrollo del talento. Esta facultad era independiente al esfuerzo diario por sobrevivir y a la evolución del conocimiento; una impronta de su origen que sólo se halla en la comprensión más allá de la razón, a través del misterio. Esta cueva es un templo espiritual. La observancia no admite acto racional para su comprensión. Desde ahí, el artista disertó al mundo. Desde Chauvet el arte emerge como un acto divino, previo al desarrollo moral y ético del hombre, al conocimiento técnico. A sus propósitos desmedidos de poder y gloria.

 

 

 

II

 

El Discípulo

 

Párrafo perteneciente a la novela “El arca de los artistas” (2014, Ed. Dunken, Bs. As.)

De Jorge C. Trainini

 

 

¿Qué sentido tendría adjetivar a mi mundo pequeño y clandestino? Él no existe porque el pensamiento se agota en mi interior. Una lágrima petrificada en un ojo que no se derrama. Una sonrisa detenida en labios prietos. Mi sentimiento inmóvil en este lugar tiene la indulgencia del desapego. Desde aquí las figuras parecen extraños objetos en un mundo que no revela significados. Ellas suelen a la luz de las mañanas mostrar los ojos tristes que dibuja encontrarse con la realidad. Entonces se precipitan despejando la niebla del día para refugiarse de esa imaginación. Evadirse de lo intolerable inventado por el mismo hombre para cobijarse del miedo y del fracaso que implica aceptarse. Y añorar la otra realidad, la de sus sueños.

 

El Discípulo contempló el valle desde el acantilado bordeado por la garganta del río. Sobrelleva una mezcla de confusión e ignorancia, una congoja esencial que lo acompañaría siempre. Y que intuía lo seguiría identificando en todo su peregrinaje terrenal. Era media mañana y aún el rocío de la noche humedecía, aromado del pastizal, sus pies cubiertos de piel de bestia. La temperatura cálida del verano va derritiendo sin pausa la nieve en la naciente del río ubicada en las cadenas montañosas de penachos blancos. Más abajo, con el ímpetu de su caudal estival, se precipita en el valle contra el talud al estrecharse su paso por debajo de un puente de piedra elevado varios metros por arriba de la corriente. Ha horadado el risco por milenios con la paciencia empedernida de un artesano para poder franquearlo; hasta lograr que sus memorias se vayan en secreto al exilio que llevan las aguas. Bestias solas o en grupos se ven deambular por el desfiladero paralelo al río habitado de abedules, enebros y pinos. Desde el barranco una corriente de aire que emerge de las fisuras rocosas, más fría que el ambiente del exterior, le acaricia el rostro con la fuerza del recuerdo. Y de un designio. Detrás de piedras despeñadas y partidas; y matas encrespadas de espinas, el Discípulo contorsiona su cuerpo para penetrar en el risco por una discreta hendija hacia una amplia bóveda extendida por centenares de metros. La halla alta y profunda con sus paredes revestidas de rocas calcáreas. El suelo arcilloso, mantenido por las filtraciones del agua, se encuentra sembrado de huesos de bestias y de depresiones donde éstas suelen dormitar escapándole al acecho de los depredadores. Observa refulgir tornasoladas las superficies carbonatadas de los paredones enredadas entre las sombras. Las estalagmitas milenarias desprenden desde el piso luces blancas; del techo penden colgaduras calcificadas intensamente anaranjadas.

Se emociona con el encuentro. Ahora su pensamiento es complejo. Debe elegir entre lo andrajoso de la existencia o lo sublime de su legado. Un presentimiento lo detiene en el lugar y sus ojos se posan sosegados y clarividentes en las paredes rocosas. Sus manos parecen copiar el mandato de esa intuición. Esto no es azar reflexiona. Y con el carbón de piedra utilizado de herramienta ya ha elegido. No se apartará de la cueva hasta representar en sus muros lo que su vista abarca en el valle. Algunos de su tribu se acoplan a la idea con el fervor de una ceremonia sigilosa y oculta. Y el trabajo se vuelve intenso porque jamás podrían pensar en un mañana. La vida en estos tiempos se consume íntegra a su paso. Ella es una circunstancia fortuita a la que sólo se le halla un significado mágico. No se lo explican pero intuyen que el gran mandato del misterio es el arte. La representación del mundo observado a través de los sentidos. Lograr la identidad con cada acto para testimoniar el paso terrenal. El Discípulo heredará al mundo la apología de un hecho único, irrepetible, emocional, profundo, sincero. La magia se traduce en el arte. Fue el mensaje que ellos, los artesanos, habían recibido antes de cualquier otro aprendizaje. El misterio era el mismo arte desde el principio de la Creación.

Prepara las rocas. Se sobrepone con esfuerzo a las superficies rugosas, anfractuosas, quebradas. Raspa las paredes para dejarlas lisas, sin irregularidades ni impurezas. La superposición de los trazos que sugiere el movimiento de las figuras hablaría con el tiempo de la dimensión real de sus gestos. El difuminado con arcilla y carbón llevaría con la sombra lograda a la perfección de su obra y a la inmortalidad anónima. La perspectiva que obtiene se adelantaría a los refinamientos renacentistas de los artistas de milenios posteriores. El Discípulo crea sin límites, espontáneo, sincero. Las imágenes se adecuan al espacio natural, el real de las bestias. Ellas simulan desde la piedra ingresar al mundo original por las grietas y los ángulos agudos que ofrece el risco.   

Los animales confrontan, huyen o yacen simplemente. Otros acechan. Dibuja con trazos firmes, sin vacilación. Con plena sabiduría en la contemplación minuciosa les concede a las bestias arrogancia en sus rostros. Avizora respeto y mesura ante ellas otorgándoles vitalidad, fortaleza, movimiento, emotividad. Utiliza pigmentos rojos de óxido y pinturas negras. En los nichos y protuberancias de los muros halla los volúmenes corporales que necesitan las representaciones anatómicas que va delineando.

El arte que emplea es inherente a su instinto más primitivo, más fuerte que el de la estricta supervivencia. Nadie jamás sabrá quien es el autor de la inmensa obra emprendida. La breve existencia que posee está más inclinada a unir el talento con la necesidad espiritual de la creación que en obtener la inmortalidad de su nombre que es gutural y que nunca se escribió. La identidad al principio de los tiempos era olvido. Sólo el arte representado registraría al ignoto orfebre que deja con óxido las improntas palmares o el contorno de las manos en una señal a los desconocidos hombres del futuro.

El carbón mineral es la huella del Discípulo, el que desde su legado entra en el misterio. No duda en ese culto de su necesidad espiritual. Logra que cada animal destile identidad, personalidad, concentración. No están quietos. Las figuras distribuidas en la amplia caverna simulan un escenario natural. Las bestias se desplazan por el teatro terrenal implorando su “ser” animal. No se evidencia piedad o pánico. Hay realidad consciente de la creación. La vigencia del trazo linda con la eternidad. Con el Discípulo han pasado de la muerte de sus vidas a permanecer vivos en la muerte. La ceremonia había culminado. Desde ahí había disertado de incógnito al destino del hombre sin saberlo. Enseñó que el arte emerge como acto poético, previo e intuitivo al desarrollo moral y ético del hombre, antes del conocimiento.

Debía partir por el borde del acantilado. Tuvo la percepción que ya se había alejado alguna vez de un escenario similar. Intuía que aprender es olvidarse de ser; con lo logrado demostraría que el arte no es un proceso evolutivo como el resto de la inteligencia, sino que proviene de su mismo génesis. De esa facultad que tuvo desde el origen. ¿Qué hecho sino el legado del Hacedor llevó al Discípulo a este genio creador? Entonces escuchó en su interior una voz que le decía: “únicamente tu misión no es azar, estaba presente desde el inicio de la obra”. Se alejó de la caverna una vez más. En busca de un nuevo despertar en ese derrotero indescifrable que tendría siempre el hombre.

 

eduardo perez
eduardo perez
2 months ago

YA ESTÁ SEMBRADA; Ahora el cultivarla, cuidar de los Elementos escenciales y Fundamentales para Fortalecerla y con ello lograr nuestra Superacion Espiritual atentos al llamado del SeÑor !!,,con la Esperanza de cumplir su Voluntad y alcanzar las promesas del Mismo!!

Ezequiel Otero
Ezequiel Otero
2 months ago

Muchísimas Gracias Ana

Ángel Reinhardt
Ángel Reinhardt
2 months ago

En un mundo tan vasto y diverso, es fascinante explorar las diferentes formas en que las personas encuentran significado y conexión. La frase «Somos la única religión, amor no dualismo» es una expresión profunda que desafía muchas de las ideas tradicionales sobre la religión.
Aquí te presento algunas ideas que te pueden ayudar a reflexionar sobre esta frase:
 * El amor como principio universal: En lugar de seguir dogmas o rituales específicos, esta frase propone que el amor es el verdadero fundamento de la fe. No se trata del amor romántico, sino de un amor que abarca todo, un amor incondicional que une a la humanidad.
 * No-dualismo: Esta idea es clave. El dualismo se basa en la separación entre dos opuestos (bien/mal, yo/tú, dios/humano). El no-dualismo (o advaita, en sánscrito) enseña que no hay separación real, que todo es una sola realidad, una única conciencia. Esta perspectiva elimina las barreras y las divisiones, fomentando la unidad.
 * Unicidad de la religión: La frase sugiere que la «religión» no es un sistema de creencias con reglas, sino la búsqueda de la verdad y la unidad. Si el amor y la unidad son la base de esta búsqueda, entonces todas las religiones, en su esencia, apuntan a lo mismo.
En resumen, esta frase te invita a ver la fe no como una institución o un conjunto de reglas, sino como una conexión directa con la esencia del ser, que es el amor y la unidad. No se trata de una religión que excluye a las demás, sino de una perspectiva que las abarca a todas al centrarse en lo que tienen en común: la búsqueda de la verdad y la conexión.

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