En pocos días, la Inteligencia Artificial lanzará la aplicación que permitirá hacer videos absolutamente indistinguibles de grabaciones reales, mimetizando cuerpos, voces con los movimientos de labios sincrónicos, etc. En mi opinión, esto terminará de consolidar lo que ya venía sucediendo cada vez más: a saber, que si lo que buscas es la Verdad, ya nada de lo que aparezca en las pantallas será confiable.
El filósofo francés del s. XVII, Renato Descartes, en su búsqueda de un fundamento indubitable para las Ciencias, dijo: «Si algo me ha engañado aunque sea una sola vez, lo descartaré por completo como fuente de certeza.»
Cuántas veces nos han engañado las pantallas!! No una, sino casi infinitas!
Ojalá esto haga tomar conciencia a más gente de recurrir a la Única Verdad Inmediata (o sea sin intermediarios), que viene pregonando el pensamiento místico universal en todas las tradiciones: la Verdad del YO SOY, única Verdad siempre accesible y que no requiere intermediarios (libros, maestros, dogmas, doctrinas, instrumentos de observación, sentidos, razón, etc.).
El mundo evolucionó hacia una biología del conocimiento en que la teoría de Darwin demostraba la conducta humana adscripta a ella. Con esto se declamaba que este mundo era el mejor de los posibles. De este modo la selección natural cobraba su legalidad, lo que lleva a plantear si la capacidad autoconsciente lo hace diferente al hombre en comparación con el resto de la animalidad como para sortear esta lucha por la supervivencia y elevarse a un plano espiritual.
Con este mundo como el mejor, la suerte estaba echada. Con la selección natural deben vivir unos a expensas de otros, algo atenuado con eso de que el medio determina las condiciones, ya que juega su importancia en lo que respecta a la posibilidad de sobrevivir. De esta manera la selección natural prepara al ser para la lucha por la supervivencia. Pero esto no es una condición de la selección natural sino del egoísmo que destila la razón humana haciendo omisión de su tiempo limitado de vida.
Ahora ¿por qué de este comportamiento egoísta de la conciencia humana? Quizás la respuesta se halle en el miedo a una condición humana de sufrimiento, tedio y muerte. De esta manera se comprende que la evolución cultural participe de esta lucha por la supervivencia, lo que lleva a quitar oportunidades a una evolución del conocimiento que podrían mejorar las condiciones vida. Y esta conducta egoísta incluye también al arte, la religión y la ciencia. Y en última instancia intenta mejorar las posibilidades de reproducir los genes de los individuos que triunfan.
¿Qué gana el hombre con más ciencia? Ante todo, la ciencia es una creencia que parte de supuestos sin justificaciones empíricas absolutas. Inserto en una aporía, en el cual la acumulación de poder no soluciona su mayor problema (el existencial), le quedaría al hombre el recurso de que el conocimiento le pueda dar un mejor bienestar. En este enfoque el positivismo fracasa porque el ser humano no puede dejar de ser metafísico para completar su acto de vida y evitar suicidarse como plantea Camus en su “Mito de Sísifo”. De este modo el hombre se centra en la lucha por la supervivencia y acumula recursos en carácter de lenitivo, sin dejar de lado la metafísica, para evitar la frustración de llegar a la muerte.
La fórmula entre poder y cultura se halla invertida. Lo explica claramente el premio Nobel francés Francois Jacob cuando expresa: “no son las ideas de la ciencia las que encienden las pasiones. Son las pasiones las que se sirven de la ciencia para defender su causa”. La razón no alcanza, se vuelve azarosa y circunstancial cuando debe defender el mandato instintivo. Ella va a procurar los recursos que necesita el poder para alimentar su ego, incluso los más refinados, como la ciencia y el humanismo, aceptando de estos lo que le procuren beneficios, más allá de su efectividad. La vida, de esta manera, es una realidad del instante y su aprovechamiento.
El mundo se transforma en un mecano y la razón se apoya en la cantidad de poder acumulado. A esto conduce el sinsentido existencial. Todo se yergue en el instante de la realidad espacio-tiempo en que se vive, lo que conduce a la darwinización de cualquier recurso, incluido el avance sociocultural. Hay “olvido del ser” (Martín Heidegger) y el hombre se debate entre el tedio y el terror.
El positivismo rígido ha profundizado este efecto, llevando incluso al menosprecio metafísico, cualidad que se halla insertado en la construcción humana. La fuerza directriz de la supervivencia aunada a la mecanización positivista de la existencia cotidiana hace del hombre un ser frustrado, más allá de reconocer los avances que ha logrado desde lo técnico.
El conocimiento científico permite una aproximación a la realidad circundante, mientras que la metafísica amplía la observación del pensamiento más allá de lo reconocible, pero su esencia es frustrante. ¿Hay un avance científico indudable? Esto es certero, pero no ha podido la ciencia y la cultura en general, atadas a un devenir bio-ontológico, dejar aún que el hombre sea un objeto prescindible.
En pocos días, la Inteligencia Artificia: Pero sin ningun razgo de : Empatia,Caridad, Gracia Espiritual (sin Alma) que es la Ecencia Universal de la Gratitud por el Ser Humano!! Poer consiguiente los rastros de IA seran para insensibilizar lo Elental,,,La Caridad y Amor por el Projimo!!!
Muy buena esa observación!
Bienvenidos los robots, si sintieran empatía, caridad, solidaridad, gratitud, amor por el prójimo!!!!
Ahí sí que serían útiles parqa la humanidad!
Hay una estructura biológica en el hombre, que más allá de su progreso intelectual se halla anclada a su origen, con un cariz instintivo-mecánico que se vuelve sobre su misma evolución cultural. De este modo, el imprescindible mandato de la supervivencia se halla siempre presente en carácter de facultad para prevalecer. La conciencia humana, que a pesar de su relatividad comprende de los contrarios que implican el egoísmo y el altruismo, le ha servido para establecer estrategias de supervivencia tanto en su relación con sus congéneres como con el medio ambiente. Si no se puede con las buenas conductas se sobrevive con las malas. Es el imperativo de nuestro ancestral mandato biológico.
Se intenta ser el superviviente, y con esta facultad, la alianza con el poder se vuelve imprescindible. Lo emocional humano sigue primando sobre la intelectualidad adquirida. La autoconciencia hace esconder esta característica que moldea la bioontología, pero su evidencia se acentúa a medida que los recursos sigan en una distribución que el 80% de ellos pertenezcan al 20% de la población. Se argumenta que el hambre y la injusticia disparan a los instintos por sobrevivir, pero no es exactamente así. Un halo de razón implica que está instalado en todo hombre. Para este fin la artimaña ha sido instaurar la ética indolora, es decir, depredar al otro desde las sombras, recurso que se ejerce desde cualquier estrato social. Es el arma preferida del poder el obtener los beneficios sin poner en juego la ocupación social que ostenta. Esta es la demostración que el egoísmo se halla instaurado en nuestros genes.
Esta situación conmociona porque la requisitoria surge espontánea ¿después de tantos años de evolución cultural humana permanecemos en una lucha por la supervivencia contra el prójimo? Es evidente que la lucha entre el gen y la cultura implica un conflicto que debe analizarse en función de consideraciones tanto cognitivas desde lo científico como de particularidades metafísicas. Lo adelantamos. Tanto el poder con que se vale el hombre para prevalecer, como el mandato genético de la supervivencia, se edifican sobre el sentido existencial. Ausente su explicación, el hombre oscila entre las evidencias diarias de su sobrevivencia y las experiencias en lo metafísico, sin llegar a establecer un sesgo definitivo en su vida. En esta lucha se desenvuelve la experiencia humana.
Hola Jorge
Tu análisis, que opera en el´ámbito de lo relativo-manifestado, es descarnado, lúcido y diría yo, a ojo de buen cubero (pues no conozco estadísticas fehacientes al respecto), verdadero en un 80% de los casos.
Existen muchos ejemplos históricos de personas que no han sucumbido a la presión biológica del instinto de supervivencia, logrando muchas instaurar reformas sociales o políticas y muchas otras perecer en el intento, y otras tantas permanecen anónimas en los anales de la historia. Pero existen, sobreponiendo lo ético sobre lo meramente biológico. Y en ese caso, 20 % es un montón.
Abrazo de alma.
Paz y luz
¿ES POSIBLE CONOCER LA REALIDAD?
Sí es posible conocer, pero no en esencia, porque cada sujeto siente y piensa diferente, porque la verdad cambia en tiempo, espacio y circunstancias y porque, además, todo conocimiento debe tener cierta utilidad.
Todos los fenómenos están relacionados entre sí, toda acción sobre algo es interacción, toda modificación de un fenómeno se refleja en los demás y ello mismo constituye una respuesta al cambio que sufrieron otros fenómenos que inciden sobre él.
En cierto sentido, cada fenómeno es reflejo y eco del universo.
El conocimiento constituye un momento necesario de la actividad práctica porque ella sólo posible a partir del conocimiento de las propiedades, funciones de los objetos y los fenómenos, así como de sus relaciones.
La información como tal no nace con la vida, sino que existió siempre; sin embargo, es sólo a este nivel que se origina el uso de la información como un nuevo proceso y una nueva propiedad de esta: la utilidad.
Para la dirección es importante aquella información útil que conduce al logro del objetivo planeado en el proceso de dirección.
El problema del conocimiento surge cuando el sujeto pretende establecer la relación de discernimiento con el objeto, debido a que ambos (el sujeto cognoscente y el objeto por conocer) se encuentran en mundos diferentes, distintos, y hasta contrarios: el sujeto cognoscente es el alma humana, su psique, pensamiento, … El problema del conocimiento se refiere a la cuestión filosófica de cómo podemos estar seguros de la veracidad de nuestras creencias.
Cómo podríamos debatir sobre la naturaleza del conocimiento y la verdad.
La Teoría del Conocimiento consiste en precisar debidamente en qué sentido una idea o un concepto son representaciones mentales de las cosas.
Aunque todo conocimiento comienza con la experiencia y tiene su límite en la experiencia, sin embargo no todo procede de la experiencia. (Immanuel Kant)
«Sí es posible conocer, pero no en esencia, porque cada sujeto siente y piensa diferente, porque la verdad cambia en tiempo, espacio y circunstancias y porque, además, todo conocimiento debe tener cierta utilidad.»
«El conocimiento constituye un momento necesario de la actividad práctica porque ella sólo posible a partir del conocimiento de las propiedades, funciones de los objetos y los fenómenos, así como de sus relaciones.»
«El problema del conocimiento surge cuando el sujeto pretende establecer la relación de discernimiento con el objeto, debido a que ambos (el sujeto cognoscente y el objeto por conocer) se encuentran en mundos diferentes, distintos, y hasta contrarios: el sujeto cognoscente es el alma humana, su psique, pensamiento, …»
Esto es así en el ámbito del conocimiento de lo relativo, de lo manifestado.
Pero nuestro ámbito de trabajo aquí en Metafísica o Filosofía Esencial, es justamente la meta (quizás inalcanzable) del conocimiento de lo Absoluto.
Y aquí viene muy bien la cita que traes de Herrn Immanuel 🙂
«Aunque todo conocimiento comienza con la experiencia y tiene su límite en la experiencia, sin embargo no todo procede de la experiencia.» (Immanuel Kant)
Kant se refiere a la experiencia sensible que permite a nuestro yo psico-f+isico conocer objetos diferentes a él. El conocimiento que nosotros propugnamos, en cambio, también proviene de la experiencia: pero no de la experiencia de algo mediatizado por los sentidos o la razón, sino de la experiencia directa, intuitiva, inmediata, vivencial, de nuestra propia naturaleza.
En el campo de la Realidad, del Ser, nos encontramos todos, tanto el Sujeto percipiente como el Objeto percibido, nadando en único Mar de Realidad. Compartimos el Ser Realidad; que es además la condición de posibilidad de toda relación entre ambos (conocimiento, pero también sentimiento, amor, o relaciones de poder, como señala el Dr. Trainini).
Lo que hacemos (o pretendemos hacer) acá no es Gnoseología, sino Ontología.
No sé si logré explicarme?
No soy mente, intelecto, ego memoria.
No soy oídos, piel, nariz, ojos.
No soy espacio, tierra, fuego, viento.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
No soy respiración, ni cinco aires vitales.
No soy los siete tejidos ni las cinco envolturas.
Ni la palabra, el tacto o el caminar.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
No tengo placer ni aversión, ni apego ni ilusión.
Ni orgullo ni envidia.
No soy deber, riqueza, deseo o liberación.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
No soy virtud ni pecado, no soy alegría ni dolor.
No soy el mantra, ni el lugar santo. Ni el Veda, ni el sacrificio.
No soy lo experienciado, ni la experiencia tampoco.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
No temo a la muerte, ni tengo muerte. No tengo casta.
Ni padre ni madre, ni tampoco nacimiento.
No soy hermano ni amigo. No soy Guru ni discípulo.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
Estoy libre de dualidad, mi forma es no forma.
Existo en todas partes, permeando todo, soy Todo.
No estoy encadenado, ni tampoco libre ni cautivo.
Soy la Pura Consciencia Bienaventurada, soy Dios, soy Dios.
Un hermoso himno para leer todas las noches antes de ir a dormir! Y todos los días en cualquier momento en que necesitemos un salvavidas espiritual! 🙂
Leí el texto y excelentes comentarios. No juzgo a la humanidad, a nadie, somos Dios bebe expandiendo conciencia. Hay inteligencias divinas superiores que coordian todo de acuerdo a un plan previsto, y que se realice. No somos físico emociones mente, SOMOS LA CONCIENCIA UNIIVESAL BIENAVENTURADA….ETERNA
Gracias Angel! Un bálsamo cuando a veces nos bajoneamos un poco cuando vemos, por ejemplo, la monstruosa prevalencia de los poderes de la separatividad y del individualismo.
Hay un contraste entre el pretendido progreso humano alcanzado y los niveles de aceptación que propugnan algunas corrientes del pensamiento llamadas espirituales que simplifican la conducta humana en tres pilares: consuelo, solidaridad y afecto. Es que la instalación del positivismo rígido condujo a recalcar los aspectos de la supervivencia humana. Esto gravitó sobre el pensamiento científico, el que si bien intenta ser social-cooperativo, se halla enmarcado por el poder con que el hombre maneja todas sus acciones, sean políticas, religiosas, económicas o científicas. Este aspecto conductual biosociológico ha llevado a la darwinización del conocimiento, el cual enfrenta al pensamiento humanístico de la curiosidad humana, contra la manipulación que se ejerce de ella desde el poder.
De nuevo nos encontramos con el egoísmo de la supervivencia a ultranza del prójimo. El conocimiento cultural, la más elevada de sus experiencias, no se ha podido escapar de esta coyuntura de pertenecer al poder. Entre el mandato de lo natural y el desconocimiento existencial sobre su sentido, se yergue el poder, el que intenta utilizar de lenitivo cualquier recurso que lo ampare, entre ellos el proceso cultural. Esta situación vuelve irreparable la fórmula de la vida al menos que el hombre ocupe su realidad y avance con valores espirituales que lo reconforte como ser consciente. Esta patente humana ha llevado, luego de miles de años de evolución cultural, a contabilizar grandes números de la población mundial con hambre e ignorancia.
Otra vez excelente análisis! Gracias Jorge! Y qué riqueza y precisión de vocabulario!
En cuanto al contenido, desde el punto de vista del fundamento ontológico, para mí sólo cabe seguir subrayando que el uso del poder es el fruto monstruoso del indentificarse con el «separado» cuerpo-mente, que al ser frágil y saberse mortal, trata desesperadamente de acumular bienes que le garanticen (sin lograrlo nunca) su supervivencia.
Abrazo de alma!
Tomar conciencia a más gente de recurrir a la Única Verdad: Conciencia en el Universo del Espiritu del Ser Conciente en Comunion con el Todopoderoso!!
Quizás un desproporcionado logos a su condición haya sido el desarrollo inconsciente hacia la perdición del poder, la lujuria y el éxito como los blasones a conquistar. Un camino que lo llevó al destino, después al dolor y finalmente, al aparecer la revolución industrial, al aniquilamiento del humanismo.
Luego del progreso tecnológico se precipitó la disconformidad. El hombre se convirtió en un eslabón creado por el mismo, no en una cuenta del collar de la naturaleza. Sumó otra esclavitud. Le agregó a la sujeción del instinto la del sistema instaurado por la sociedad. El progreso funciona como un señuelo. No lo eleva, lo aprisiona. La mejora declamada es un disfraz que esconde la agresividad intuitiva que lo guía desde su aparición de animal consciente, la que antes de esa trascendencia existía como necesidad y ahora en carácter de finalidad. En el progreso se mimetiza al hombre con lo imperioso de la supervivencia mientras la individualidad se sumerge en lo anónimo.
Ese análisis es exactamente la descripción de hacia dónde conduce la identificación con el cuerpo-mente. Y el progreso tecnológico lo magnifica.
Igual dos circunstancias que no debemos olvidar:
Una desde lo relativo: la mayoría de los seres humanos de hoy viven muchísimo mejor que la mayoría de los seres humanos del siglo XIII o de la Edad de Piedra, por ejemplo.
Dos, desde lo absoluto: todo esto (incluso la misma ignorancia, o sea desconocimiento del propio ser) no deja de ser un juego deseado por la Conciencia Universal
Tal vez, en la Edad de Piedra, el ser humano no tenía grandes discursos que expresar, no gozaba de la verbalidad de la que hoy disponemos y de grandes pensamientos.
Yo creo que el dolor físico, la carencia, el fracaso o el éxito, la muerte o el nacimiento, no tenían el peso que hoy tienen, porque no había suficientes palabras para clasificarlos y expresarlos, y no podían proyectarse a un futuro, que no fuera la suerte de poder cazar un reno para comer.
Yo no creo que en aquellas épocas ellos vivieran mucho peor que nosotros, porque en su «ahora» no había nada que desear, mas que su sustento y abrigo.
Hoy la IA nos entrega todo en bandeja.
¡Hasta una obra de arte(?) puede ser recreada por cálculos matemáticos!
¡Tal vez llegue el momento en que nos quedemos sin palabras, como aquellos del pasado, que ni siquiera nos soñaron!
¡No quiero ser amargo! ¡La esperanza sería la de salir a bailar por las calles y de tocarnos, para saber que aún estamos vivos!
Usted es un subversivo… Marche preso!
Sí, el lenguaje conceptual es el instrumento por excelencia de la razón analítica, creadora del dualismo.
Con los tres principios lógicos, enunciados por Aristóteles (A es igual a A, a es distinto de -A, y A o -A,no existe una tercera posibilidad), vigentes hasta el siglo XIX.
«Yo creo que el dolor físico, la carencia, el fracaso o el éxito, la muerte o el nacimiento, no tenían el peso que hoy tienen, porque no había suficientes palabras para clasificarlos y expresarlos, y no podían proyectarse a un futuro, que no fuera la suerte de poder cazar un reno para comer.»
Eso mismo que decís, pasa también con los niños. Efectivamente, la riqueza de nuestra experiencia de la diversidad es directamente proporcional a la riqueza de nuestro lenguaje, con sus ventajas y desventajas.
» aquellos del pasado, que ni siquiera nos soñaron!»…
Ni Julio Verne, ni nosotros hace 50 años, soñamos lo que se venía!!!!