Dios Adentro Dios Afuera

PASADO Y FUTURO? PRESENTE

"Galatea de las esferas", de Salvador Dalí
. La Ciencia busca las causas en el pasado para actuar sobre el futuro. La Espiritualidad habita el eterno presente.
Las ciencias en sus diferentes disciplinas van permanentemente resolviendo problemas, en busca de verdades acerca de la realidad que van cambiando con el tiempo. La ciencia está en continua evolución transformando “antiguas verdades” en “nuevas verdades” a través de una sucesión de teorías, cambios de paradigmas y grandes descubrimientos. El progreso científico es constante y considero que no tiene fin, apesar de que algunas voces lo pronostican.
La mejora de nuestra calidad de vida se la debemos en gran parte al progreso de las ciencias. Hoy no nos imaginamos un mundo sin pantallas (teléfonos celulares inteligentes, computadoras, el GPS y la televisión).
Las ciencias médicas que son las que más conozco han permitido controlar la mayoría de las enfermedades, especialmente las infecciosas y entre muchos avances han permitido conocer la secuencia del código genético; Nuestro promedio de vida, en la actualidad, se ha duplicado en relación a los comienzos del siglo 20 y es muy probable que en las próximas décadas mucha gente supere los cien años.
Hemos perdido la capacidad de asombro y mucho de lo que damos por sentado hoy es el resultado de una interacción entre la ciencia y la tecnología, con la primera impulsando a la otra. La ciencia siempre se pregunta y es verdad que todavía no sabemos porqué comenzó todo pero empezamos a entender cómo sucedió. Los descubrimientos en sí mismos son moralmente neutrales, pero lamentablemente no siempre lo es el uso que se le da; factores sociales, culturales, económicos, políticos y fundamentalmente de poder muchas veces los han desvirtuado hacia caminos peligrosos.
La ciencia sin un contenido ético termina beneficiando a los poderosos y al consumismo. Es necesario que su constante avance en el devenir del tiempo sea compatible con un progreso de los individuos y de toda la sociedad.
Ya sabemos que la ciencia y la espiritualidad no soncontradictorias; la espiritualidad ha estado siempre presentes en la mayoría de los grandes científicos de la humanidad. La verdadera espiritualidad en general no progresa en si misma; vive un eterno presente y los místicos vienen repitiendo conceptos similares desde hace miles de años.
Los grandes Maestros nos han dado siempre el mismo mensaje de amor. No hay nuevas verdades espirituales. A nivel personal, por ejemplo, siento que ahora estoy “descubriendo” lo que siempre he sabido que soy.
En este sitio en otro capítulo titulado “ La ciencia y Dios”, finalizo con la siguiente reflexión: “La Vida sigue siendo el mayor de los misterios, todo es sorprendente y maravilloso, y los grandes descubrimientos científicos no sólo no nos alejan de Dios, sino que ayudan a ir a su encuentro. (Jorge)
En cualquiera de las formas de conocimiento que en Occidente denominamos “Ciencias”, tanto las físicas, químicas, biológicas, geológicas, como las psicológicas, sociológicas, históricas o económicas, decimos que “explicamos” un fenómeno B, cuando lo remitimos a otros fenómenos A, A1, A2, A3, etc., anteriores en el tiempo al fenómeno en cuestión, que lo provocan y que denominamos por lo tanto sus “causas”.
Por ejemplo, si coloco un ánodo y un cátodo en una cubeta de agua y hago pasar una corriente eléctrica, el agua se descompone en sus componentes, liberando Hidrógeno y Oxígeno gaseosos. La causa de dicha descomposición gaseosa será el paso de la corriente eléctrica por el agua.
En otro orden de fenómenos, en el caso de la Ciencia Histórica, puedo determinar que una de las causas del surgimiento del nazismo en Alemania fue la vergüenza y pobreza a que fue sometido el pueblo alemán por el tratado de Versalles. Sea como sea, en Ciencia, para que un fenómeno A sea considerado “causa” de un fenómeno B, debe ser: Distinto del fenómeno B Anterior en el tiempo al fenómeno B Ser condición necesaria para la aparición del fenómeno B
La secuencia causa-efecto permite predecir acontecimientos futuros. El conocimiento científico requiere del devenir temporal para desarrollarse. No sucede lo mismo con aquello que denominamos “Espiritualidad”. Aquí la causa no es diferente del fenómeno a explicar. Hay un solo fenómeno a explicar: la existencia misma del Universo. Y la causa no la podremos buscar en nada fuera del Universo, pues el Universo por definición engloba todo lo existente, material e inmaterial, visible e invisible. Además, la causa de la existencia de lo existente no se obtendrá por enunciación, sino por inmersión. Sólo sumergiéndonos en nuestro propio Ser “conoceremos” la causa del Ser. Se tratará de un conocimiento intuitivo, inmediato, sin intermediarios ni mediadores. El Ser es lo que somos.
El cambio cualitativo, “conversión” o METANOIA que se produce luego de esta experiencia no consiste en un aumento de información, sino en un autodescubrimiento interno del Ser, cuya vida en este plano comienza a cobrar sentido en el marco de una cosmovisión significante. Y esto me catapulta al “ahora”, que es el lugar donde todo sucede. Nada hay fuera del “ahora”.
La Espiritualidad no “explica” fenómenos, sino que los “implica” -en el sentido que da David Bohm a esta palabra- los integra en una cosmovisión global de existencia. Nada queda afuera.
Sin embargo, no debemos olvidar que devenir temporal y eternidad, así como Ciencia y Espiritualidad, no son excluyentes, sino complementarias e inseparables, como las dos caras de una misma moneda, como la pareja Shiva-Shakti (Conciencia-Naturaleza), como lo Absoluto y lo Relativo(Ana),
"La ciencia no sólo es compatible con la espiritualidad; es una profunda fuente de espiritualidad". (Carl Sagan, EEUU, 1934-1996)
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