¿Por qué hay algo y no más bien nada? (Leibnitz, Alemania, 1646-1716)
Frente a nuestra propia situación existencial, surge la idea de porqué es así y no de otro modo. No nos quedamos conformes, sino que nos cuestionamos siempre porqué es así y si no podría ser de otra manera. El mundo podría ser distinto. Nosotros podríamos ser distintos. El mundo podría no existir. Nosotros podríamos no existir.
De allí surgen las grandes preguntas básicas existenciales de la humanidad:
¿Por qué es el mundo así, y no de otra forma? ¿Cuál es la causa de mi existencia? ¿Cómo y de dónde surge mi conciencia? ¿Por qué estoy acá? ¿Qué pasa con mi conciencia cuando muere el cuerpo físico? ¿Qué soy? ¿Tiene sentido mi existencia y la de toda la humanidad? ¿Tiene algún sentido la existencia del mundo? ¿Cómo entender lo maravilloso y lo pavoroso que coexisten en él? ¿Existe el universo por alguna causa o es producto del mero azar?
Y la más básica, radical y contundente, magistralmente planteada por el gran filósofo racionalista alemán en el siglo XVII:
¿Por qué hay algo y no más bien nada?
Todas las Filosofías, las Religiones y las Espiritualidades de la historia de la humanidad son intentos de responder a esta pregunta.
Te animás con alguna hipótesis?
IMAGEN: ARTECHOUSE
¿Por qué hay algo y no más bien nada?
Yo siento que hay algo y también hay nada que sustenta ese algo, como la otra cara de la moneda. Ahora…¿Porqué? o, peor aún ¿Para qué?
Muchas veces me he preguntado ¿Por qué no somos redondos o con forma de paralelepípedo? y si así fuera ¿Para qué sería esto necesario? ¿Porqué nuestros cuerpos tienen esta forma tan caprichosa y nuestros órganos internos ese mecanismo de funcionamiento tan intrincado?
Pienso que somos individualmente pequeños universos donde habitan seres, como las bacterias, los parásitos, aguas, gases, huesos como montañas, sangre como ríos, pensamientos como falsa conciencia para estos mundos.
Y entonces…¿Por qué?
¿Para qué?-le pregunto a Dios.
Silencio…
Si despojáramos a las cosas de su significado, tal vez nos acercaríamos a una respuesta.
Exacto: si dejáramos los significados (definiciones aportadas por el lenguaje de la mente) actuar sólo en este nivel, y no intentáramos aplicarlos al nivel de lo Absoluto, creo que nos podríamos poner más en consonancia con éste último. Es lo que intentamos hacer los jueves en la Meditación.
Hola Rubén!
Gracias por tus «preguntas de niño», las más básicas y fundamentales para las cuales los adultos en genral no tenemos respuestas! 🙂
Paso a considerar algunas de tus reflexiones.
Yo siento que hay algo y también hay nada que sustenta ese algo, como la otra cara de la moneda.
Coincido! Y exactamente ése es el fundamento del mundo manifestado en el que vivimos, el mundo del devenir, o cambio. Todo cambio o devenir se puede definir como un pasaje del Ser a la Nada y viceversa.
Ahora…¿Porqué? o, peor aún ¿Para qué?
Aquí disiento en el «peor aún»…A mi entender, es «peor» el «por qué» que el «para qué». Responder al «porqué» está fuera del alcance de las herramientas habituales que utilizamos en el conocimiento común o en el científico (razón y sentidos).
En cambio, la respuesta al «para qué» está a nuestro alcance construirla: con nuestras propias vidas!!!!
¿Porqué nuestros cuerpos tienen esta forma tan caprichosa y nuestros órganos internos ese mecanismo de funcionamiento tan intrincado?
Otra vez: quizás no esté en nuestras posibilidades en este plano contestar al «por qué», pero sí está en nuestro poder darle un «para qué», utilizándolos para el arte, el servicio, la ciencia, el amor…
Pienso que somos individualmente pequeños universos donde habitan seres, como las bacterias, los parásitos, aguas, gases, huesos como montañas, sangre como ríos, pensamientos como falsa conciencia para estos mundos.
Gracias por tu mirada de pensamiento lateral, pensamiento de niño a quien toda vía no le enseñaron a no asombrarse ante nada… Pascal hablaba del vértigo ante los dos infinitos en medio de los cuales estamos ubicados… Lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. La prodigalidad de la Vida se reproduce fractalmente nivel tras nivel…
«Silencio» de Dios? Mmmmm Creo más bien que Dios nos habla constantemente y de tantas maneras que nos aturde! Y nos refugiamos en nuestros pequeños egos y su pequeño entorno buscando seguridad ante la Paslabra Divina que nos desafía todo el tiempo…
Gracias Rubén por tus cuestionamientos «de niño».
Creo que hay algo y no más bien nada , precisamente para que nos hagamos la pregunta de porqué?
Somos lo que somos producto de la evolución de millones de años en que cada célula fue «aprendiendo» mediante un código a cumplir con una función específica.
El conjunto de células se agruparon en tejidos, formaron sistemas y finalmente nuestro organismo.
Nuestros cuerpos maravillosos fueron diseñados por el Gran Arquitecto, una Inteligencia Cósmica superior que nos dio el fenotipo que hoy disfrutamos.
Porqué esta característica y no otra, quién puede responder?
La Ciencia: No
La Filosofía :No
Las Religiones tradicionales : No
Posiblemente la Mística sea la única que tenga la respuesta.
Qué interesante esta reflexión de un médico, cuya actividad profesional se fundamenta en criterios científicos, pero a la vez incluye lo psicológico, lo energético, y en este caso, incluso lo espiritual en su práctica terapeútica.
Por qué la Mística habría de ser la única que pudiera dar una respuesta al problema del Gran Porqué Último? Porque, a diferencia de las otras tres disciplinas humanas mencionadas por Jorge, la Mística no parte del Dualismo Sujeto-Objeto, sino que utiliza el método de la Autoconciencia, de la Autoindagación, del contacto directo con el Ser que permea todo, incluyendo Sujeto-Objeto en una Unidad omniabarcante. «Ver a Dios desde adentro».