«La meta última de toda meditación es la Divinidad, que inicialmente es la conciencia de la Unicidad con Dios y, finalmente, de la Unicidad. En otras palabras, a lo que se hace referencia no es únicamente a la conciencia de la unión con Dios, sino, de hecho, a la conciencia de SER DIOS.» (Benito Reyes, Filipinas, 1914-1992)
Aqui hay varias ideas-clave:
- El objetivo de toda meditación no es solamente «calmar la mente», sino acceder a la Divindad, al fundamento último de la Existencia, que de una forma u otra, todos buscamos, en general en los lugares equivocados.
- Sucede entonces que nos sentimos unidos, comunicados, invadidos por el Misterium Tremens de la Divinidad.
- Pero luego sucede algo aun más grande; aunque todas las religiones institucionales nos lo prohíben, tomamos conciencia de SER el mismo Dios manifestándose como nosotros. Porque , efectivamente, el fundamento que sustenta la existencia de todo, está en todo, y ES Todo.
Hemos llegado a esta realidad de la materia y se nos condujo por caminos desangelados (faltos de Gracia) donde la prioridad es encajar en el mundo a como dé lugar, aprendiendo códigos que no pedimos, pero que nos autorizan a vivir como persona.
¡No veas al Espíritu! parece haber sido la orden que ciegamente entendí y acaté.
A mis 64 años descubro que cada vez somos más los que buscamos a Dios.
Desde hace un tiempo comencé a buscarlo en los libros, pero eso ya pasó. Ya no quiero que me digan quién es Dios, ni cómo tratarlo.
Quiero encontrar en mí, el camino hacia Él.
Quisiera volver, atravesando las generaciones, al hombre prehistórico, o sea antes de que se contara la Historia, aquel hombre que intuyó una fuerza superior y propiciatoria a sus necesidades, para indagar, por mí mismo, cómo nació la posibilidad de Dios en esos seres, desnudos e inocentes, puros y seguramente santos!
Abrazos. Paz y Luz!
Hola Rubén!
Coincido contigo en lo que se llama «El Camino Directo» para ir al encuentro del Dios que anida en nosotros mismos. «Allí en lo profundo donde me encuentro a mí mismo, también encuentro a Dios», decía Meister Eckhart.
En la materia «Antropología Filosófica» de la carrera de Filosofía, se intenta dar una definición de ser humano, especificando qué es lo que lo diferencia de los demás animales. Platón definió al ser humano como «bípedo implume» porque en aquella época en Grecia nunca habían visto un mono ni un canguro…
Aristóteles lo definió como «animal racional», pero la Psicología ha demostrado hace rato que existe razón en los mamíferos como ols primates, los cánidos, los felinos y los équidos, aunque en grado rudimentario.
Cassirer lo definió como «animal simbólico», o sea que usa símbolos. Pero se descubrió que hay otros animales, como las abejas , que también lo hace.
En defintiva, hasta ahora la definición que más parece cuadrar es la de «animal que ve o sospecha li invisible, lo imperceptible, que está detrás de todas las cosas.».
En Comodoro Rivadavia, yo era ayudante del Prof. Romeo César que decía: «Si ven un chimpancé con un amuleto colgado del cuello, sospechen!…» 🙂
Abrazo gigante,
Paz y luz!
Borges cuenta:
“Es fama entre los etíopes que los monos deliberadamente no hablan para que no los obligan a trabajar”― Jorge Luis Borges, El Aleph y otros cuentos
Ja ja
«El hombre, como el pez, muere por la boca»