Si el árbol se creyera hoja, creería morir con cada hoja que cae. Reflexiona si tú eres sólo una hoja o si eres expresión del Árbol de la Totalidad.
El árbol no muere porque mueran sus hojas. Del mismo modo, la Totalidad que tú eres holográficamente tampoco muere al desaparecer una de sus partes.
También perdemos el pelo, una muela, nos cortamos las uñas. Nuestras células mueren constantemente ¡y no hacemos un duelo por ellas!
Nuestro cuerpo se transforma, como nuestros afectos y nuestros sentires, como nuestros pensamientos y anhelos
¡Todo está en continua efervescencia! ¡Todo vibra!
Pero está ESO, presente, eterno e infinito, de donde venimos y a donde vamos, de donde nunca nos fuimos, ni nunca escaparemos.
¡Hemos venido al tiempo y al espacio para animar!
¿Porqué no decir entonces, Paz y Luz?
Gracias Rubén!
Más clara imposible la diferencia entre lo permanente y lo impermanente. Disfrutemos de lo impermanente pero aferrémonos a lo permanente. Me encantó lo de «hemos venido al tiempo y al espacio»; me recuerda esa célebre frase: «No somos seres humanos que tenemos una experiencia espiritual, sino que somos seres espirituales que tenemos una experiencia humana.»
Y «hemos venido para animar».
Animemos y animémosnos!!! 😉
Paz y luz!
Otra vez gracias Rubén por tu entusiasmo contagioso!