Hay un misterioso sustrato único de la existencia.
Lo llamo “Ser”.
Pero también hay una causa de la diversidad.
Aunque fuera sólo “aparente” (¿Qué significa esto? Lo aparente también es real.)
Es igualmente misteriosa.
La llamo “Dios”.
Son las dos caras de una misma moneda.
O las dos monedas de una misma cara.
La razón sólo puede comprenderlas alternadamente. (Ana, Argentina, 1950)
‘Yo soy uno, pero me convierto en muchos’ (Shiva Purana).
IMAGEN: Shiva Andrógino
A aquel en cuyo Templo, el arco está iluminado por las estrellas.
En cuyo templo el Sol es la imagen de Dios,
A cuyo templo la Luna va cada mes
Trayendo el mensaje a cada luna llena, y,
Cuyo mensaje la luna canta como una palabra
de dieciséis letras,
A su religión yo pertenezco;
Su templo yo visito; Su nombre yo pronuncio;
En su gloria yo vivo.
A Él le ofrezco el loto de mi día,
A Él le ofrezco el loto de mi noche.
Comentario:
Esta es la meditación más antigua. Antes del advenimiento de las religiones, la adoración del Señor Sol era muy común en todos los lugares del planeta. Al sol se le adoraba como Dios. Las constelaciones, con sus planetas y estrellas, eran consideradas como el templo. El Sol era visto como la imagen de Dios. Este era energía invisible en el transfondo, mientras que el Sol era su forma manifestada.
El estudiante debía meditar en el globo solar, situándolo en su centro Ajna y, desde allí, ver al Sol como una lente que trasmite las energías desde más allá. La luna con sus 16 fases, se mueve alrededor del Sol a lo largo del mes, llevando consigo el mensaje de 16 letras. Las 14 fases crecientes y menguantes de la luna, la luna llena y la luna nueva, constituyen las 16 letras del mensaje que la luna trasmite mensualmente desde el sol, durante la fase de la luna llena. Este mantra de 16 letras era de mucha ayuda para que el estudiante pudiera alcanzar el Sol. La única religión de los antiguos era, fundamentalmente, adorar al Sol y vivir según el mensaje de la luna en su transitar por este templo. El templo era visualizado, por el estudiante de meditación como su propio cuerpo, y el Sol era visualizado como YO SOY. El YO SOY en el Sol, el YO SOY en el que medita, así como el YO SOY, mas allá del Sol, son uno solo. El nombre del señor que pronunciaba el que meditaba era YO SOY. Otros nombres que hacían referencia a Dios eran secundarios. YO SOY es el nombre del Señor. Así es como se entendía.
Entonces en la religión el estudiante veneraba el “YO SOY” y el “YO SOY” el Señor, que se manifiesta a través del “YO SOY” en el sol. Se esperaba del estudiante, que recordase a Dios como “YO SOY” en él y a su alrededor, y que experimentase la gloria del Señor YO SOY. La conciencia está llena con el señor YO SOY. Los 3 logos: Las inteligencias cósmicas, solar y planetaria están llenas con el Señor YO SOY. En verdad, es el YO SOY, que existe como todo nombre y forma, y como cada día y cada noche.
Vive el día y la noche como una ofrenda al YO SOY, experimentándolo en ti y a tu alrededor. Esta es una antigua meditación relacionada con el YO SOY.
Querido Ángel!
Cuánto te agradezco este aporte!
Me acabás de desaznar respecto al Gâyatri Mantra, cuyo sentido nunca había ogrado descifrar del todo!!!
Te referís al Antiguo Egipto o a la Antigua India?
Abrazo álmico!
Ser; Es un Estado de Conciencia Existe!,Y AL ESTAR CONCIENTE?,,ES SER PARTE DEL COSMOS PERFECTO, Y EL MISMO ESTA REGIDO POR LEYES SUPREMAS Y EN ARMONIA CON DIOS!!,, DESDE LA CREACION DEL MISMO COSMOS.
La cita explora ideas filosóficas profundas y plantea interrogantes fundamentales sobre la naturaleza de la existencia, la unidad y la diversidad. Vamos a desglosarla:
«Hay un misterioso sustrato único de la existencia: SER»
Esta afirmación sugiere la existencia de una base fundamental, un «ser» subyacente que es único y común a todo lo que existe. Es una idea que se encuentra en diversas tradiciones filosóficas y espirituales, buscando una esencia primordial de la realidad.
«También hay una causa de la diversidad.»
Aquí se reconoce la realidad de la multiplicidad y la variedad en el mundo. Si hay un sustrato único, ¿qué causa la miríada de formas, seres y fenómenos que observamos? Esta es una pregunta central en la filosofía.
«Aunque fuera sólo aparente (¿Qué significa esto? Lo aparente también es real?)»
Esta parte introduce la cuestión de si la diversidad que percibimos es una realidad fundamental o una ilusión, una «apariencia» que oculta la unidad subyacente. La pregunta entre paréntesis es crucial: ¿hasta qué punto lo que percibimos como «aparente» deja de ser real?
* Apariencia vs. Realidad: En filosofía, la distinción entre apariencia y realidad es compleja. Algunas corrientes sostienen que solo hay una realidad fundamental y que nuestras percepciones son interpretaciones limitadas o incluso ilusiones. Otras argumentan que la apariencia también tiene su propia forma de realidad, ya que es lo que experimentamos directamente. Por ejemplo, un arcoíris es una apariencia causada por la refracción de la luz, pero es real en cuanto fenómeno observable.
«Es igualmente misteriosa. La llamo Dios». Identifica la causa de la diversidad, aquello que permite que el «Ser» único se manifieste en múltiples formas, con el concepto de «Dios». Es importante notar que esta no es necesariamente una definición religiosa tradicional de Dios, sino más bien una etiqueta para ese principio misterioso que da origen a la diversidad.
«Son las dos caras de una misma moneda. O las dos monedas de una misma cara.»
Estas metáforas ilustran la interconexión entre la unidad (el «Ser») y la diversidad (causada por «Dios»).
* Dos caras de una misma moneda: Sugiere que la unidad y la diversidad son aspectos inseparables de una misma realidad fundamental. No pueden existir una sin la otra.
* Dos monedas de una misma cara: Implica que, aunque parezcan distintas (dos monedas), comparten una misma esencia o principio subyacente (una misma cara).
Ambas metáforas buscan expresar la paradoja de cómo lo uno se manifiesta en lo múltiple.
«La razón sólo puede comprenderlas rara vez.»
Esta frase reconoce la dificultad inherente en comprender plenamente estas ideas trascendentales a través de la pura lógica y el razonamiento. Sugiere que quizás se requieran otras formas de comprensión, como la intuición o la experiencia directa.
«‘Yo soy uno, pero me convierto en muchos’ (Shiva Purana).»
Esta cita del Shiva Purana, un texto sagrado del hinduismo, apoya la idea de un principio único (Shiva) que se manifiesta en la multiplicidad del universo. Es un ejemplo de cómo estas ideas filosóficas han sido exploradas en diversas tradiciones espirituales.
En resumen, la cita presenta una visión filosófica que intenta reconciliar la unidad fundamental de la existencia con la diversidad que observamos. Sugiere que ambos aspectos son misteriosos y están intrínsecamente ligados, posiblemente originándose en un principio que se denomina «Dios». La dificultad de comprender plenamente esta relación a través de la razón es también destacada, invitando a una reflexión más profunda sobre la naturaleza de la realidad.
Ay Ángel!
Muchas gracias!
Impecable!
Me explicás mejor que yo misma!!!
Todo lo que ponés es exactamente lo que quise decir!!!
Gracias!
Paz y luz!
🙂
Subyuga la inexistencia. Pertenece con la materia a ese universo atávico alejado del sufrimiento, con una mudez que ejerce una atracción que fascina. Que devora la voluptuosidad hacia la desmemoria y la indolencia, pero que no se puede franquear sin atravesar el miedo.
Entre esta aventura del pensamiento y la esclavitud a que nos somete la condición humana, la libertad se alza a través de un instante fatal cuyo cancerbero es el temor. El derrotero a la emancipación extrema de la materia, liberada de ese producto que nos identifica y delata, también nos acecha. Ejerce la facultad de quitarnos nuestra única trascendencia individual. Este dolor lacerante y agazapado nos carcome con el apremio de la discontinuidad, con la certeza de la destitución.
¡Cuántas sensaciones se abroquelan esperando sortear el pánico en un solo instante! Dolor, tristeza, escepticismo se parapetan diariamente, acontecimiento tras otro, en la necesidad de aliviar el sufrimiento y a la espera de que su caudal venza el miedo a la desmemoria. A esta civilización exasperada y angustiada que arrastra un cansancio existencial, luego de haber desmitificado cada uno de sus íconos, ya no le quedan resabios para precipitarse en una nueva búsqueda mágica con el fin que la sustente. La asunción de la condición imperante no exacerba asombros o consuelos. Se acorrala en la intimidad evitando desnudar su mirada a través de los ojos ajenos.
Ni la libertad ni el sentido pueden lograrse considerando sólo lo inmanente. Lo trascendente, que habita en lo inmanente, percibido por los místicos y sospechado por los buscadores espirituales, es la única tabla de salvación para la angustia existencial.