Dios Adentro Dios Afuera

Quién cura? El médico o Dios?

Los médicos (término que proviene del latín medicus, palabra que a su vez procede del verbo medeor, “cuidar”) somos los encargados de preservar la salud y prevenir las enfermedades.

La realidad es que curamos a pocos pacientes si entendemos el término como recuperar completamente la salud; ya Hipócrates afirmaba : « el médico rara vez cura, a veces alivia”.

Hemos avanzado muchísimo en estos 25 siglos con sólo comparar que la esperanza de vida de aquella época era 25-30 años y hoy ronda los 75- 80 años (en hombres y mujeres respectivamente).

Debemos reconocer que se han podido “curar” muchas de las enfermedades infecciosas y algunos tumores malignos, Sin embargo, a la mayoría de los padecimientos solamente los tratamos sin que éstos lleguen a desaparecer totalmente (son ejemplos: la diabetes, la hipertensión, las dislipemias, la mayoría de las cardiopatías y las enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple o el Alzheimer).

Los pacientes al no obténer los resultados esperados abandonan la medicina alopática y recurren a terapias alternativas (homeopatía, acupuntura, terapias biológicas y ortomoleculares) que están cada vez más de moda.

El caso es que el objetivo final en la relación médico paciente no debería ser solamente curar, sino buscar la sanación del paciente, que es un proceso mucho más complejo que generalmente va a ser posterior a la curación y a veces ocurre aun sin lograrla completamente. El médico no es el que sana, sino que es el paciente quien alcanza un estado de armonía y paz interior.

La diferencia entre la sanación y la curación está en uno mismo, en lo que uno aprende acerca de la enfermedad y cómo lo integra a su vida.

La verdadera sanación está en la mente; se puede decir que se trata de un nuevo estado de conciencia que experimenta el paciente frente a la enfermedad.

En diferentes épocas se le atribuyó al médico la particularidad de un ser dotado de poderes especiales; esto se fue perdiendo en la actualidad, posiblemente por la diferente característica del acto médico y por el mayor acceso a la información por parte del paciente.

Por sus conocimientos, la empatía y el necesario apoyo espiritual, el médico sigue siendo una pieza fundamental en el proceso de curación, pero nuestra medicina alopática debería, a mi entender, agregar que la comunicación del paciente con una conciencia superior (puede llamarse “Dios”) le va a ayudar en el proceso de sanación. (Dr. Jorge Lowenstein)

Quién cura? El médico o Dios?

Esta pregunta se subsume dentro de la más general: Quién actúa, Dios o yo?

Dios, la Conciencia Universal, actúa a través nuestro tomándonos como instrumentos. Entonces, no somos libres? Sí, no sólo lo somos, sino que nuestra libertad, inexplicable desde el punto de vista de la mera materia, es una prueba de la cualidad divina de nuestra alma.

Me dirás que las circunstancias nos determinan: así es, pero nuestras quejas al respecto constituyen justamente la prueba de que poseemos la facultad del libre albedrío. Si no la tuviéramos, ni siquiera nos daríamos cuenta de nuestros condicionamientos.

Nuestro ego psico-físico no es libre, los mecanismos fisiológicos de su cuerpo están determinados por la ley de causa-efecto, así como nuestros mecanismos psicológicos, como bien lo determinó Freud, quien justamente consideró que el ser humano no es libre.

Sin embargo, nosotros sentimos internamente que poseemos libre albedrío. La clave está en dilucidar quién lo siente. No es ni nuestro cuerpo ni nuestra personalidad, sino el alma divina que somos, la cual holográficamente es a la vez parte y todo de la Divinidad.

Entonces, quién cura, Dios o el médico?

Ya lo dice la Bhagavad-Gîtâ: hay un solo agente, y es la Conciencia Universal, actuando a través de infinitos actores en el mundo manifestado.

Qué es curar? Qué es estar enfermos? Quizás el concepto que tiene Dios acerca de la curación y de la enfermedad no sea el mismo que tenemos nosotros, cuando sólo consideramos los aspectos psicofísicos de nuestra personalidad. Yo les pido a los que llevan bastantes años en este cuerpo como para echar una mirada retrospectiva, que reconsideren las distintas enfermedades y percances que han sufrido a lo largo de su vida, y ya con la perspectiva del tiempo transcurrido, evalúen las consecuencias que han acarreado en su vida, en todos los niveles.

El médico cura cuando alinea su voluntad con la del Alma Universal. Y cómo hace esto? Escuchando a su corazón.

Todos actuamos “correctamente” cuando alineamos nuestra voluntad con la de la Conciencia Cósmica.

Si el médico quiere “curar” en forma integral, no limitándose meramente a los aspectos corporales o psicológicos, ha de alinearse al designio del Alma Rectora del mundo. De lo contrario sólo logrará un temporario alivio sintomático, muy necesario y loable por cierto, pero la “curación” permanecerá incompleta. La curación no debería ser sólo retrotraer al organismo a un estado anterior. La curación auténtica implica evolución y crecimiento. La enfermedad se comprende entonces como los “dolores de parto” del “dar a luz” un nuevo estadio del propio ser.

IMAGEN: estatua de Asclepios, dios griego de la Medicina

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Martin Lombardero
Martin Lombardero
7 months ago

Muy interesante todo lo expresado. Para no escribir sobre todo lo leído en lo que estoy de acuerdo, (que no es poco), iré por otra vereda al mismo lugar. El autoconocimiento conduce, en muchos casos, a la autocuración. La confianza hacia el médico que nos mira a los ojos y nos escucha, lleva a la autocuración. La toma de consciencia de nuestros profundos lugares oscuros lleva a la autocuración. El cuerpo tiene la capacidad de autocurarse, mientras camina en un delgado equilibrio, si es que hablamos en términos de salud-enfermedad. 
Por ejemplo, hacemos malas copias de células y las eliminamos rápidamente,pero un día falla el sistema de autodepuración y se instala una enfermedad como las oncológicas…. o encapsulamos placas de grasa en las arterias, pero un día falla el sistema y se inflama, se caliente y se rompe. Un día el cuerpo pierde la capacidad de autorregulación de una determinada alteración.
¿Por qué? qué cambió? La respuesta da lugar a varias hipótesis. Valentín Fuster, padre de la investigación mundial de la aterosclerosis, en una publicación reciente descubre que la activación de la médula ósea en términos de inflamación, es anterior a la instalación de la placa de grasa en las paredes arteriales. Esto es al revés de lo que pensábamos, que una alteración de la pared genera el proceso inflamatorio. El trabajo de Fuster nos dice que la inflamación estaría antes que la formación de la placa de ateroma…
No es menor este dato, porque además de la hipertensión arterial, un estado emocional negativo puede activar en la médula ósea un perfil inflamatorio. Esto me ayuda a resignificar nuestra historia hacia el pensamiento de que somos partícipes de nuestro propio destino. Entonces ante la pregunta quién cura el médico o Dios… podría dar una respuesta simple para una pregunta demasiado compleja: sin todos somos una unidad, si hay una consciencia única, si todos somos parte de un Todo, y ese todo es una universalidad a la que llamamos Dios..
Entonces comenzamos la autocuración y la sanación que describe Jorge L. a partir de esa toma de consciencia. Y no hay ningún Dios externo que me ayude… porque soy una parte de un Dios Universal, soy el mismísimo Dios, con la libertad absoluta de cambiar mi destino en cada instante de mi vida terrena.
Con la libertad de evolucionar o involucrarse. Nadie externo guía mi vida, soy parte de un todo con posibilidad cambiar (por ejemplo… claramente a través de la epigenética) el destino que me espera por conjunto de genes o por una decisión que tome. El buen médico baja la angustia (que es parte de la curación), alivia, evalúa el porqué, y acompaña sin o con la ayuda farmacológica (cuando es realmente necesario). El médico express al que se refiere Ana, es el Dr. M.E.R.A. (Médico En Respuesta Automática), ataca el síntoma, que es la punta de un profundo iceberg. El enorme fondo del iceberg… no tiene tiempo para verlo. Ya que se citó a Freud, me permito terminar con una frase de Carl Jung " Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz… sino haciendo consciente la oscuridad. Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino"
¡Un saludo enorme a todos!

Jorge Trainini
Jorge Trainini
7 months ago

La sociedad ha aprovechado el positivismo de discernir que una multitud de enfermos se hallen insertos en una misma ecuación terapéutica, pero olvida que si no se trata a cada ser entendiendo sus emociones y su cultura, estaríamos intentando sanar curvas y parábolas, y no un paciente que ante el juicio médico tiene el riesgo de sobrellevar no sólo su enfermedad sino además el azar de la metodología y de lo técnico.

Jorge Alfredo Lowenstein
Jorge Alfredo Lowenstein
Reply to  Jorge Trainini
7 months ago

Gracias Jorge ,
Por tu aporte con reflexiones muy atinadas.
Ya lo decia también Willam Osler hace más de 100 años » El buen médico trata la enfermedad ; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad «

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